viernes, 14 de febrero de 2014

Reflexionando sobre el amor y la amistad

A diario nos levantamos con las extensas noticias en los medios de comunicación social, quienes, dicho sea de paso, han perdido el sentido de su producto, y más que novedades nos presentan trillados y repetitivos casos de delincuencia, corrupción, politequería de baratija y, cada cinco años,  la lista inmensa e interminable de seres salvadores, casi celestiales, cargados de increíbles intenciones, que de pronto, con tanto apodo, no se sabe si son humanos (adultos o  niños), representantes de una familia particular, en la que todos se conocen y por tanto usan motes generados por la cercanía en la que viven; o si son personajes sacados de un majestuoso y diverso circo, pues los variados seudónimos confunden su identidad, ya que van desde el baby, el chichi, el tío, hasta el gato, el perro y el porroponpón, por mencionar algunos.

Pero ¿Qué pasaría si en vez de transmitir, ver, escuchar o leer durante 4 horas diarias en promedio, los negativos noticieros y programas, se transmitieran, vieran, escucharan y leyeran las acciones, que producto del amor y de la amistad, se generan todos los días en nuestras sociedades?

Es decir ¿Qué pasaría si el amor fuera el motor de nuestras vidas?  ¿Cuál sería nuestra motivación diaria? ¿Qué exigiríamos ver, escuchar y sentir? ¿Cómo sería nuestro mundo interior y exterior?

Sin duda alguna, las respuestas pueden ser tan variadas como seres humanos hay, y quizá, alguno que otro dirá que cursi y absurda idea. No obstante lo anterior, me atrevo a compartirles mis reflexiones:

En primer lugar, estoy convencida que el mundo en el que vivimos se mantiene y subsiste gracias al amor. ¿Al amor? Sí, al amor. Es decir, pese a la cantidad de hechos negativos que existen a diario, el mundo no podría sostenerse sin amor, y considero, por tanto, que la mayoría de las acciones que ocurren son generadas por el amor.  


Ejemplifico de la siguiente manera:

·        Diariamente hay personas amándose, y producto de ese amor, le dan luz a los seres humanos que en su edad productiva, coadyuvarán con su trabajo y talento a seguir en la dinámica social, a través de la cual, en cadena, podemos seguir produciendo, para alimentarnos y seguir viviendo.

·      Todos los días en miles de hogares hay un hijo o una hija que espera con alegría a su padre o a su madre, y esa alegría se convierte en la generadora y propulsora de nuevas fuerzas, para continuar con la brega diaria.

·    De manera habitual, hay miles de enamorados y enamoradas dispersos en el mundo, quienes alimentan su espíritu con un sueño de vida en conjunto y que al materializarse, entran en el juego social, con responsabilidades y derechos, colaborando a que la cadena humana siga viva.

·    En los cientos de puestos gubernamentales del engranaje estatal existen servidores públicos que comprenden cuál es su función, y por tanto, con amor brindan un servicio eficiente y abren las puertas y facilitan el trámite, que tal vez en alguna ventanilla se vio atorado, permitiendo, que pese a los obstáculos propios de la burocracia, el trámite fluya.

·       Profesionales, empresarios y gente emprendedora diariamente realiza acciones producto del amor, al desempeñarse de forma ética y al desarrollar su actividad comercial, basados en principios tales como el del negocio justo.

·     Gente a través de diversas organizaciones sin fines lucrativos, comparten lo que son con personas más necesitadas, movidas por el amor que hay en sus corazones, el cual les inspira a servir y a solidarizarse sin nada a cambio.

·       Todo el tiempo apasionados escritores y artistas (músicos, pintores, coristas, cineastas, fotógrafos, etc.) nos regalan obras increíbles que nutren y cultivan nuestra alma y nuestro espíritu.

·        Por todos lados, encontramos a esos seres angelicales que la Fuerza Creadora de Luz nos envió a la tierra, llamados amigos, quienes solo con un poco de compartir nos permiten generar una gran catarsis en nuestro ser, logrando que vaciemos en ellos nuestras cargas y nos llenemos de energía positiva, gracias a su amistad y a su amor.

·         Y, a diario, tenemos la oportunidad de sentir y de experimentar un amor infinito a través de la brisa, de un espléndido atardecer o de un arco lleno de colores en el cielo, que nos dice cuán pequeños somos frente a la majestuosidad, frente al amor del cual deriva todo cuanto existe.

Estos pequeños ejemplos, me permiten decir con convicción que el mundo en el que vivimos se sostiene gracias al amor. Pero, ¿Por qué el amor es el menos promocionado?

Por una falsa creencia, a mi juicio, de que no genera raiting. Sin embargo, el raiting lo hacemos nosotros mismos, por tanto, les invito a seguir aquello que enriquece nuestra humanidad. Nos corresponde a nosotros hacer  que aquello que vale la pena y que nos permite seguir disfrutando de la vida, sea promovido, tanto en los medios de comunicación social, cualquiera que este sea, como en nuestra práctica diaria.

No esperemos que venga alguien disfrazado de buenas intenciones, a resolver los problemas de nuestro mundo. Estos se  resolverán, en la medida que amemos más y odiemos menos.

Si actualmente el mundo se mantiene por amor, pese a que un porcentaje no se rige por este  hermoso valor, imaginemos cómo sería si todos y todas cerráramos heridas, suavizáramos nuestro interior y le diéramos cabida al amor.

Sin dudarlo, si el amor fuera el motor de todos y de todas, tendríamos la motivación de andar alegres por la vida, sin cargas  ni culpas que no nos corresponden, disfrutándola, siendo felices, contagiándonos y siendo generadores de forma recíproca del ambiente ideal, que todos y todas deseamos vivir.

Y así, nuestro mundo interior, al estar movidos por la expresión más pura que tenemos como serse vivos, solo podría generar un efecto positivo en  nuestro exterior, generando una mejor sociedad para todos  y para todas.

Soñar con que seremos agentes de cambio, motivados por el amor no cuesta nada, hacerlo realidad en nuestras diarias acciones, tampoco.


Feliz día del amor y de la amistad.

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