domingo, 24 de julio de 2016

Educación sexual: Una necesidad. Óptica desde la realidad de Panamá, el Derecho y los compromisos internacionales del Estado Panameño.

Comparto el contenido de una intervención que realicé en días pasados en un foro sobre el Proyecto de Ley 61 y sobre las Guías de educación sexual para docentes, para la reflexión.

Como ciudadanos y ciudadanas responsables de un país, antes de proferir una opinión, debemos informarnos y sacar nuestras propias conclusiones, cualquiera que estas sean, pero ajustadas a un criterio informado.  

Hay muchas cosas que quienes están en contra del Proyecto de Ley 61 y de las Guías, para docentes han señalado, que a mí me han generado, por un lado,  una gran indignación, porque  están alejadas - absolutamente – del contenido de dichos documentos, mintiendo,  generando miedos con supuestas conspiraciones supranacionales en contra de los menores de este país, y cayendo en el más bajo nivel de creación de absurdos retorcidos que insultan la inteligencia y los valores éticos de los profesionales, madres, padres de familia y sobre todo de la niñez y de la adolescencia de este país.

Por otro lado, tales argumentos de los detractores del Proyecto de Ley 61 y de las Guías, me han confirmado la gran necesidad de los mismos, puesto que una sociedad que al escuchar la frase “educación integral de la sexualidad”, reduce la misma al mero acto sexual y/o genital, me indica que
es una sociedad que ignora el tema y que desconoce por tanto, que los seres humanos somos seres sexuales por naturaleza y que dicha sexualidad comprende la forma en la que interactuamos con los demás, nuestras emociones, nuestro ser espiritual y la parte erótica y dicha sexualidad se desarrolla a lo largo de la vida, de la manera más natural, desde que nacemos, sin ser conscientes de ello.

Por lo anterior, he plasmado en este documento que quiero compartirles, mediante la lectura en esta intervención,  algunas respuestas, a las aseveraciones más sonadas en los medios de comunicación social y en foros en los que he participado, respecto de temas que quienes están en Contra del Proyecto y de las guías afirman, generando preocupación en la sociedad.

Estas respuestas están apegadas tanto al Derecho como los contenidos de los documentos en cuestión.
En primer lugar, aclarar que el Proyecto de Ley 61 y las Guías son dos documentos distintos, uno es una propuesta legislativa, presentada en agosto del 2014 por el Diputado Crispiano Adames, que tiene como objetivo establecer las bases normativas generales para el reconocimiento, la garantía, la protección y atención de la salud sexual y la salud reproductiva  con énfasis en la formación integral de la persona, respetando su dignidad, sus derechos, su edad, su conciencia, su cultura y los valores que la caracterizan, en concordancia con la  Constitución Política, las leyes de la República de Panamá y los Convenios Internacionales.

Como vemos, el Proyecto de Ley posee un objetivo general que indica pautas para garantizar, proteger y atender la salud sexual y reproductiva de toda la población panameña, estableciendo este marco genérico para que posteriormente el Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación, puedan reglamentar dicha protección y atención.

Recordemos que el Órgano Legislativo, aprueba Leyes, para que luego otras instituciones del Estado puedan aplicarlas.

En lo que respecta a las Guías, las mismas tienen como propósito general dotar al personal docente de Educación primaria, premedia y media y al personal técnico de los Gabinetes Psicopedagógicos, de herramientas conceptuales y metodológicas para su labor en el ámbito de la Educación Integral de la Sexualidad, con la finalidad de:

1. Fortalecer los contenidos de Educación Integral de la Sexualidad incorporados en los programas de estudios de las asignaturas, contribuyendo a promover el desarrollo responsable y saludable de la sexualidad en la niñez y la adolescencia.

2. Implementar acciones de prevención primaria en Educación Integral de la Sexualidad, atendiendo a las características de cada etapa de los estudiantes, a las necesidades educativas especiales y a las problemáticas del contexto socioeconómico, cultural, familiar y educativo en que vive el estudiatado, con énfasis en la prevención del embarazo, las ITS, el VIH/sida y la violencia de género, incluyendo la violencia sexual y la violencia en el noviazgo.

3. Manejar situaciones y problemáticas relacionadas con la vulneración de derechos en la niñez y la adolescencia, en particular aquellos vinculados con la sexualidad, la igualdad de género y la salud sexual y reproductiva acordes a esta etapa del desarrollo, prestándoles la orientación y el apoyo requeridos.

¿Qué alguien me explique dónde, en estos propósitos que están copiados textualmente de las guías, está el espíritu macabro, tendencioso y obsceno, que se ha venido ventilando en los medios de comunicación social?

¿Por qué incluir a la educación sexual a través de una Ley y  de unas guías?

Dar estos pasos, además de ser una prioridad de Estado, en consonancia con nuestra realidad nacional va acorde a los compromisos adquiridos por Panamá, tanto a nivel nacional como a nivel internacional.

¿A qué me refiero?

Según estudios del Instituto Conmemorativo Gorgas, uno de los institutos de mayor prestigio y seriedad del país, el 6.7 % de la población tiene su primera relación con menos de 12 años de edad, el 24.7% en las edades de 13 a 14 años; el 47.1%, entre las edades de 15 a 16 años y el 21.6% en las edades entre 17 y 18 años. Es decir, el 78.5% inicia su actividad sexual con menos de 16 años de edad.

Esto es un problema de salud pública, puesto que “la iniciación sexual precoz generalmente tiene lugar de forma no planeada, desprotegida y en muchos casos en condiciones de violencia sexual, lo que conlleva a embarazos no deseados y abortos, a la exposición a ITS y VIH/sida y a la probabilidad de morir como consecuencia del embarazo o el parto”.

Al ser un problema de salud pública, el Estado debe legislar sobre la materia de manera integral. A través de programas realizados por el Ministerio de Salud y, por medio del mejor aliado posible, el Ministerio de Educación, para que la educación seria y científica, sea la mejor herramienta para prevenir esta realidad y retardar, mediante el conocimiento de un ejercicio responsable de la sexualidad y las consecuencias de esta, las prácticas sexuales tempranas. Y bien, en los casos que no se puedan retardar, que al menos contengan información respecto de cómo cuidarse y cuidar a los demás.

Las guías se han erigido gracias a la facultad constitucional que el Ministerio de Educación tiene como ente rector de garantizar el derecho a la educación, con el propósito de alcanzar “el desarrollo armónico e integral del educando dentro de la convivencia social, en los aspectos físico, intelectual, moral, estético y cívico”.

Y la misma Ley Orgánica de educación instituye los fines de la educación en el país, destacando en primer lugar su contribución “al desarrollo integral del individuo con énfasis en la capacidad crítica, reflexiva y creadora, para tomar decisiones con una clara concepción filosófica y científica del mundo y de la sociedad, con elevado sentido de solidaridad humana”.

Por otro lado, la  Ley 3 de 5 de enero de 2000, que establece la Ley General sobre las Infecciones de Transmisión Sexual, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana y el SIDA, en su artículo 29  establece que el MEDUCA, con apoyo del MINSA, deben incluir contenidos relativos a la salud sexual reproductiva, a la prevención y control de las ITS, VIH y al SIDA, en todos los niveles educativos.

Tenemos 16 años que Panamá está en espera del cumplimiento de esta normativa, por tanto las guías que ahora están en etapa de borrador, no deben ser objeto de discusión, sino de aplicación pronta, porque es una deuda pendiente que se tiene con la niñez y la adolescencia del país.

Es importante compartirles que estas normas que se han promulgado a nivel nacional son resultado de compromisos que el país también tiene a nivel internacional.

Se ha criticado hasta el cansancio que la Organización de las Naciones Unidas intervenga en el país en la promoción del Proyecto de Ley 61 y en la elaboración de las guías, desconociendo que como país no somos islas y que la ONU aglutina a los países del mundo, para generar políticas y normas en los Estados, que ayuden al respeto de los derechos humanos de las poblaciones.

Por ello, Panamá ha venido ratificando convenios y tratados, bajo el seno de las naciones unidas, desde el año 1948, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y el derecho a la salud y a la educación, son Derechos Humanos.

Asimismo, Panamá suscribió la Declaración de los Derechos del Niño, de 1989, y todos los protocolos facultativos o adiciones que en la materia se le han hecho a esta Convención, que, además de contemplar el derecho a la salud y a la educación de los menores establece de partida que en todas las medidas concernientes a los menores, se debe atender el interés superior de estos. Dar respuesta a una problemática, mediante un Proyecto de Ley y las guías, es una manera seria y responsable que como país se debe asumir para velar por el interés de nuestros menores.

Seguir en el debate es continuar dejando que las cifras de chicos y chicas enfermos con infecciones de transmisión sexual y de embarazos precoces sigan en aumento y que las fuentes de información de estos sean la canción de reggae que escucha desde que nace, las vulgares novelas y programas de la televisión panameña, o la información que obtienen de Internet sin ningún tipo de orientación y de la más baja calidad. Esto es ir contrario a ese principio de velar por el interés superior de los menores.

Por otro lado, en septiembre del año pasado, todos y todas fuimos testigas de la participación del presidente de la República en la firma de los objetivos de Desarrollo Sostenible, que es la actualización de las prioridades que los países del mundo han considerado en pro de lograr la sostenibilidad de la población y de la tierra. En este sentido, hay 4 objetivos prioritarios dentro del listado de tareas que se deben lograr al año 2030, vinculados con el Proyecto de Ley 61 y con las Guías de Educación Sexual:

Objetivo 1: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo. Tener madres menores de edad, sin educación completa y sin capacidad de trabajo va contrario a este objetivo

Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, haciendo énfasis en la necesidad de bajar los embarazos precoces, aumentar la planificación familia y prevenir el VIH/SIDA y otras enfermedades.

Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.

Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

Esto es lo que mal llaman ideología de género, que está recogida desde el año 48, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, la Ley 4 de 1999,  de Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, y la Ley 82 de 2013.

Cuál es el objetivo final de la perspectiva de género, lograr la igualdad civil, política y económica de las mujeres y los hombres.  Gracias a los resultados que poco a poco se han dado, en virtud de ir introduciendo a través de la lucha constante de mujeres y de hombres, por la igualdad de los géneros, hemos tenido resultados que hoy tanto mujeres como hombres disfrutamos.

Yo hoy no podría ser profesional ni menos estar parada ante ustedes, si no hubieran decisiones que en su momento incluyeron la perspectiva de género. Las mujeres no podrían estar trabajando o dirigiendo una organización si no hubiera también perspectiva de género. Sus hijas no podrían gozar del derecho a la educación si no hubiera perspectiva de género. Los varones no pudieran tener la colaboración económica de sus parejas, sino hubiera perspectiva de género. No podríamos denunciar el maltrato a la mujer, que tanto ha costado que se reconozca como temas vinculados a la no existencia de perspectiva de género en las instituciones, si esta no existiera.

Entonces ¿qué quieren los grupos conservadores de este país? ¿Qué volvamos a la cocina y a la casa sin tener ningún tipo de participación social? ¿Qué piensan ustedes?

Finalmente, otro tema que ha sido redundante como forma de intimidar y de incidir con la mentira y el engaño para ganar adeptos en contra del Proyecto de Ley 61, es el tema de la supuesta disminución de la patria potestad.

Al respecto les diré. Ninguna Ley del país puede ir en contra de la Constitución y el artículo 59 de la Constitución señala la Patria Potestad. Dicho artículo es transcrito de forma textual en el Proyecto de Ley 61, al indicar lo siguiente:

La Patria Potestad: es el conjunto de deberes y derechos que tienen los padres en relación con los hijos. 

Los padres están obligados a alimentar, educar y proteger a sus hijos para que obtengan una buena crianza y un adecuado desarrollo físico y espiritual, y éstos respetarlos y asistirlos.
Quiere decir entonces, que el Proyecto de Ley 61 no le bastó con conocer el principio constitucional sino que lo incorpora de manera expresa, para que no quede la menor duda de que se reconoce el derecho de los padres y madres sobre los hijos e hijas.

Llevar el Proyecto de Ley al primer debate, implicará retrasar las políticas que en materia de salud sexual y reproductiva se puedan desarrollar en beneficio de toda la población, no solo de la niñez y de la adolescencia. Implica a su vez el desconocimiento de las normas que he citado en esta intervención y de muchas otras no mencionadas.
Implica, decirle al país y al mundo, no nos interesa cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible y menos con la población.


Esta es una tarea urgente ¡No se puede esperar más! Si la Asamblea no aprueba el Proyecto de Ley, el MEDUCA debe actuar. Es su responsabilidad en consonancia con el Interés superior de los menores. Por ende, el MEDUCA debe implementar las guías, porque de lo contrario, seguirá siendo cómplice de cada niño, niña o adolescente víctima de la ausencia de educación sexual, integral y científica en el país. De hecho, en este momento, mientras estamos aquí, seguramente una menor está dando a luz y muchos jóvenes están siendo contagiados de ITS, VIH y SIDA. ¡Educación sexual Sí!

4 comentarios:

  1. felicidades. De acuerdo totalmente

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  2. Nelva estoy copiando este artículo a todas las personas que lo pueden divulgar porque es muy informativo y educativo.

    Hasta ahora de todo lo que he leído es el más completo.

    Te vuelvo a felicitar por este aporte.

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    1. Gracias Ing. Marcela.

      Lo importante es que el esfuerzo en el análisis pueda ser aprovechado por la mayor cantidad de lectores. Así que se agradece la difusión que le de.

      Saludos cordiales,

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