Hoy en el día de la educadora y
del educador panameño, extiendo mis felicitaciones a quienes con vocación
sirven a miles de estudiantes en todo el país. En especial, aprovecho este día
para felicitar y agradecer a la maestra Nelva Reyes, la maestra de mi vida.
Le agradezco:
Por enseñarme desde siempre que
en la vida cada respiro se gana con trabajo honesto y esfuerzo.
Por heredarme el deseo de
educarme, en el entendimiento que la educación es el camino, porque a través de
ella, aprendemos a desarrollar nuestras capacidades para ponerlas al servicio
de las demás personas, de la sociedad, de nuestro país.
Por mostrarme con su ejemplo
vivo, lo que es tener convicciones claras, y que cuando se tienen, estas se asumen,
pese a los riesgos que conlleve.
Por reiterarme que no hay nada
más importante que nuestra dignidad, la cual se defiende siempre con valentía,
pese a las consecuencias individuales que esto implique.
Por, desde niña, con sus
participaciones en varios espacios y en la coordinación de la revista Mujeres
Adelante, mostrarme la desigualdad que vivimos las mujeres, desde su
experiencia propia (la nuestra), y hacerla mi causa de vida más importante,
desde el lugar o desde el espacio en que me encuentre.
Por enseñarme que el trabajo
remunerado, debe ser algo que nos guste y que éste debe realizarse con pasión y
vocación. De lo contrario, no tiene sentido estar allí.
Por transmitirme el amor por la docencia y por su contribución en inculcar el pensamiento crítico en cientos de niñas y niños que han pasado por sus aulas, quienes al encontrársela la recuerdan con tanto cariño y agradecimiento.
Gracias por enseñarme cómo darle
la batalla, con buen ánimo, a un virus tan poco conocido y tan necio. Virus que sé que vencerá, como una más de las
tantas luchas y batallas que ha superado en la vida.
Hoy tenemos un impase en el
camino. Pero aquí afuera estamos su familia de sangre y por afinidad y su
familia de luchas, de tantas luchas. Gente que la quiere y que le ha expresado
su solidaridad infinita. La esperamos, porque hay muchas más luchas en las que tiene que estar. La espero, porque necesito seguir
aprendiendo de la maestra Nelva Reyes, de mi madre. ¡Feliz día!
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