Día Internacional de la Mujer: Mitos que aún existen

En una de mis clases de Maestría, uno de los temas que se tocó fue el de la equidad de género. Tema que me puso mucho a pensar, por los resultados que salieron de dos horas de debate acalorado en el aula.

El contexto en el cual se dio el debate fue el siguiente: Nos encontrábamos en México, en una maestría en Política Criminal, un aula con una profesora y 10 estudiantes, de los cuales 7 son mujeres y tres son varones. Los estudiantes son operadores de justicia: es decir, Ministerios Públicos y funcionarios judiciales; hay profesoras de sociología; un litigante y dos estudiantes a tiempo completo.

El debate, pese a que era de equidad de género, es decir, de aquella construcción social producto de la actividad humana, a la que se le atribuyen roles masculinos o femeninos y que varían en el tiempo y en el espacio; todo giró en torno a la mujer.

Por lo que hoy, día en que se conmemora la lucha de la mujer por su participación social en un marco de igualdad frente a los hombres en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona, deseo exponer algunos de los mitos machistas que subsisten en la sociedad con respecto a las mujeres y que son producto de ese debate que les he comentado, porque fueron expuestos tanto por esa minoría de los varones participantes así como de algunas mujeres (las menos, por suerte).

Entre dichos mitos (afirmados por estudiantes) están los siguientes:

1. Desde que la mujer trabaja la criminalidad ha aumentado.

¡Impactante! ¿No? Lo que más me impacto es que quien lo dijo fue un operador de justicia. Con esta afirmación, se quiere decir, en otras palabras, que la mujer debe seguir ocupando los roles de ama de casa, de forma exclusiva, porque de lo contrario, la comisión de actos delictivos aumenta.

Me parece una apreciación totalmente injusta, en la medida que con esta afirmación y forma de pensamiento se está culpabilizando a la mujer por toda la descomposición social que existe hoy día y que el mismo sistema por sus políticas de exclusión, para las grandes mayorías y de inclusión, para las minorías, ha propiciado. Pues a raíz de estas políticas es que se ha generado una brecha, cada vez más amplia, de desigualdad social, de desesperanza y de desesperación, en donde las personas, en medio de ese panorama tan poco alentador, de manera individual o colectiva tratan de buscar las salidas que no les ofrece el sistema, cometiendo actos que en algún momento, los detentadores del poder, criminalizaron y definieron como delitos.

Además, con esta afirmación se le está atribuyendo toda la responsabilidad del cuidado de los hijos a la mujer, como si fuera la única que hubiera contribuido para tenerlos. De la misma forma como los hijos se conciben de la unión de un esperma y un óvulo, de la misma forma su crecimiento, educación y desarrollo requieren de las personas que intervinieron en la decisión de tener hijos. Sean estos propios o adoptados.

2. La mujer cada día desea prepararse más y por tanto no desea formar familias, por lo que el hombre está quedando cada vez más, solo.

¡Pobres hombres! Me genero un dolor esta apreciación (ja ja ja). ¿Será que tienen miedo de quedarse solos o de ser cada día menos preparados que las mujeres? Esta duda se me vino a la cabeza porque recordé que en la licenciatura, el posgrado y la maestría, ha habido en porcentajes de 7 a 3, mayoría de mujeres en el salón vs los hombres. Este fenómeno se repite en la mayoría de las carreras de universidad y post – grado. Pues, lamentablemente, luego de la secundaria, son cada vez menos los hombres que culminan sus estudios universitarios y muchos menos los que desean seguir preparándose a nivel de post- grado.

Con respecto a que la mujer no desea formar familias por seguir preparándose. Esa es una decisión personal, de cada individuo, sea hombre o mujer y por ende nadie está en la potesta de cuestionar ni juzgar.

Además, pienso que si bien la naturaleza propia de los seres humanos influye en el deseo de construcción de la familia y del deseo de procrear, también es cierto que hay mucho de la presión social, aún hoy día, pues más allá del deseo real de querer formar una familia e incluso de querer tener hijos se obedece a un constructo social que previamente ha dado esos lineamientos de vida. Así, está la presión de que a cierta edad los seres humanos deben casarse, tener los hijos y formar una familia para verse realizados y realizadas. Y esta presión se enfoca siempre con más fuerza en las mujeres, porque de lo contrario, no es una mujer completa. Como si la vida tuviera que ser producto de una monotonía en donde para ser feliz hay que seguir los ritos y tradiciones de las generaciones anteriores.

3. Por Ley, se debería prohibir que la mujer realizara ciertos oficios y trabajos, ya que su naturaleza física les impide desarrollarlos.

Sin duda que apreciaciones como estas, se expresan cuando no hay un mínimo conocimiento de la historia (pasado) ni de la realidad (presente). Apreciaciones como estas solo pueden ser afirmadas por una mente retrógrada, ya que se desconoce la evolución del pensamiento de la humanidad en donde se refleja que precisamente ese deseo o aspiración de prohibición refrendada por la Ley, es algo que antes existía y que producto de esa evolución del pensamiento hoy día no existe, al menos en una buena parte de los países, porque hay aún muchos países del medio oriente y regiones de América Latina, incluso en el mismo México (Áreas indígenas), en donde aún estas situaciones se dan.

Pensamientos como este reflejan un desconocimiento de que en la actualidad muchas mujeres realizan oficios “pesados”, que antes fueron considerados para ser realizados solo por los hombres por su contextura física, ya que a la mujer se le atribuye y se le concibe como frágil y débil (Otro mito). Entre esos oficios que menciono están: la construcción, albañilería, ebanistería, mecánica, entre otros muchos, en donde las mujeres han sabido desenvolverse exitosamente.

4. La mujer es quien reproduce los hábitos machistas en los hombres.

Otra vez se le responsabiliza a la mujer del comportamiento machista de los hijos. Sin considerar la cultura que prevalece en la sociedad. Sin considerar que estamos fuertemente influenciados por una religión en la cual siempre se puso al hombre como el centro y que a partir de allí, por las malas interpretaciones bíblicas, la mujer quedó relegada a un segundo y tercer plano, debía ser sumisa frente al hombre y no tenía la posibilidad de ocupar un papel protagónico socialmente.

Marco este que ha sido reproducido por el sistema, el cual siempre estuvo liderado por los hombres.

5. La mujer hoy día tiene las mismas oportunidades laborales que los hombres.

Con respecto a esto, pienso que la mujer hoy día, producto de su lucha histórica ha ganado muchos espacios a nivel laboral. Sin embargo, aún no tiene las mismas oportunidades laborales que los hombres, porque solo hay que pensar cinco segundos y podremos darnos cuenta de quiénes son los que mayoritariamente ocupan altos puestos tanto en la empresa privada como en el gobierno y por tanto detentan mejores salarios con menores esfuerzos inclusive que las mujeres. Porque suele ocurrir que a las mujeres se les da un cargo con un título que las haga sentir orgullosas y que detentan “poder”, prestigio, etc, pero, sin darse cuenta – muchas veces – que lo único que representa ese título es mayor trabajo y menos salario de quien está por encima de ella, es decir, de su jefe, el cual, la mayoría de las veces es un hombre.

Sin duda, hoy debemos celebrar y conmemorar los logros que a la fecha se han obtenido en torno a la igualdad y la equidad de género. Pero, sin olvidar lo que aún falta por hacer. Porque una sociedad no se construye con la participación mayoritaria de uno u otro, sino con una participación en donde se reconozcan, respeten y se hagan efectivos los derechos de todos y todas.