Hoy día se conoce a una persona por una semana y ya es considerada como un amigo o una amiga. Ó, puede ocurrir también que vas caminando por la calle o entras a un negocio y el vendedor o el prestador del servicio se refiere a ti como amiga o amigo (Esto me pasa mucho más en México). Pero, bajo mi opinión, uno de los usos más vacíos que en la actualidad se le da a este vocablo, es el otorgado – de manera atrevida – en el famoso facebook. En dicha red social se ha utilizado el término amigo para referirse a las personas que uno ha agregado o aceptado a su cuenta, sin importar si es una persona extraña, por conocer o conocida. Además, de forma automática, en el facebook se realiza un conteo de la cantidad de “amigos” que vas añadiendo a tú cuenta y, si alguna de las personas que tienes agregadas posee pocos “amigos”, el sistema te envía un mensaje para que le recomiendes nuevos “amigos” a esa persona que ya tienes agregada en tú cuenta, de modo que se incrementen sus “amigos”.
Conforme al diccionario de la real academia española de la lengua, cuando buscas la palabra amigo o amiga, el diccionario te remite al vocablo amistad y éste término es definido como un “Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. También se señala que la amistad es un “Pacto amistoso entre dos o más personas”.
Al leer esta definición confirmo que ninguno de los tres ejemplos dados, en los cuales se utiliza la palabra amigo, tiene validez. Además, dicha concepción me hace recordar y encontrarle un gran sentido si la confronto con uno de los amigos que atesoro y que hoy de manera especial evoco con mucho cariño y una gran nostalgia al no poder acompañarle en un momento tan especial como su boda. Me refiero concretamente a mí querido amigo Yurian De Freitas.
Al recordarte sé que el afecto que surgió en el año 2002 ha sido personal, puro y desinteresado en todo momento y que con el pasar de estos años de conocernos nuestro trato se ha fortalecido, porque no ha habido tempestad – que vaya que las hemos tenido – que haya podido aplacar ese pacto tan bonito que tenemos llamado amistad.
Hoy, por alguna razón, las remembranzas invaden mi mente y mi corazón y puedo recordar cada uno de los momentos pasados junto a ti como si hubieran ocurrido hace unos minutos. Y es que cómo olvidar nuestras clases de la universidad junto a los cuatro fantásticos que integraban la hipotética firma L.B. Attorney & Law. Las largas jornadas de estudio que teníamos en tú casa y que fueron – estoy segura que para los cuatro – los mejores momentos de estudio que hubiésemos podido tener. Pues además del café que se tomaban ustedes; del té que me preparabas a mi total gusto, casi hecho sirope; de las largas jornadas de risa y relajo al recordar a nuestros pintorescos profesores, sentados en aquella mesa redonda, testigo de nuestras tertulias, en donde no habían cabezas sino que todos éramos iguales, como hermanos, además de todo estudiábamos y para envidia de muchos los que pensaban que pasábamos perdiendo el tiempo, salíamos airosos y distinguidos en cada una de nuestras batallas académicas.
Cómo olvidar las fiestas en tú casa, en donde practicábamos los nuevos pasos de salsa que recién aprendíamos y en donde los cuatro miembros de L.b y tus familiares, hacíamos las fiestas más alegres, más sanas y más fraternales que hayamos podido conocer.
Cómo no recordar las veces que me abriste las puertas de tú casa, a la hora que fuese, cuando simplemente yo deseaba escapar de uno de los seres que más daño me hizo en mi juventud adulta y tú siempre estabas allí, con tú singular forma de animar, con tus palabras acertadas, con el más grande de los respetos y con la disposición concreta de apoyarme, todas las veces que necesité de una compañía, de un abrazo y de seguridad,
Hoy también me vienen a la cabeza cada uno de los accidentes que ambos hemos tenido en la vida, los cuales han fortalecido enormemente nuestra amistad. Porque allí hemos estado siempre que ha sido necesario, apoyándonos y rezando el uno por el otro para que las cosas mejoren.
Aún guardo en la memoria, de manera muy fresca, aquel 25 de enero de 2009, cuando salía para México a estudiar la maestría y que coincidentemente fue la muerte de mi amada Honney. Allí también estuviste mi querido amigo Superman, en la mañana, desde muy temprano, ayudándonos con el cuerpo de Honita y dándonos aliento y tú alegría para que las despedidas fueran más livianas.
Además, hemos compartido cada una de nuestras alegrías, como verdaderos hermanos. Ah! Y por supuesto, como olvidar las famosas reuniones para degustar mis deliciosos tacos (modestia aparte).
Al recordarte comprendo que la amistad no va en la cantidad de amigos que tengas agregados en un facebook, ni en la mayor o menor popularidad que poseamos, sino por el contrario en la calidad de los amigos que tengamos, sin importar su número.
Por eso hoy, si bien me duele no poder acompañarte físicamente en un momento tan especial para ti, debo decirte que a través de mis oraciones estaré contigo y que me siento sumamente feliz por ti y por quien será tú nueva esposa. Eres un hombre noble, pero sobre todas las cosas eres un gran amigo. Y tengo la certeza de que Dios retribuye con creces lo que hacemos en la vida y sé que este es el inicio de una vida en la que las bendiciones te serán multiplicadas.
Te quiero mucho Yurian y deseo que tengas una bonita boda.
Felicidades para ti y para Sussy.
* A través de este blog, hago honor a nuestra amistad *
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