viernes, 25 de marzo de 2011

¿Universidad de Panamá o Universidad del Rector Cuasi - Vitalicio? II Parte

No sé por qué me asombro al leer la noticia de la postulación oficial realizada el día de ayer, 24 de marzo de 2011, para el quinto período (tercero consecutivo) del Sr. García de Paredes a la Universidad que dejé de llamar Universidad de Panamá para denominarla Universidad del rector cuasi – vitalicio, quien la tiene secuestrada desde 1994, si era algo que con todos los entuertos y parches legales que se realizaron al Estatuto Universitario, apoyados por diputados y magistrados, se veía venir.
Sin embargo, pese al conocimiento de esta situación, no puedo más que suspender mis actividades para expresar mi indignación e impotencia, pero no sólo por las acciones cometidas y las palabras expresadas por el rector cuasi – vitalicio,  porque a la fecha nada proveniente de este señor es motivo de mi sorpresa, sino porque la razón por la que él gana las elecciones se debe al apoyo de profesionales que se desempañan como docentes y administrativos en la Universidad, ya que con el famoso sistema de ponderación, el cual es totalmente contrario a un sistema democrático, permite que con  el voto de sus profesores amigos y el de los administrativo amenazados de despido, se obtenga el 70% del apoyo, mientras que el voto del estudiantado, el cual en distintas elecciones ha manifestado la negativa a la continuidad del rector cuasi – vitalicio, tiene un valor insignificante, frente al total, del 30%.
Ante esta realidad no puedo más que preguntarme ¿Dónde se encuentra y cuánto vale la conciencia de estos profesionales que laboran en la Universidad? Ya que si la situación fuera a la inversa, es decir, si fueran los estudiantes quienes apoyaran al rector cuasi – vitalicio, pese a que son ellos mismos los que se encuentran recibiendo clases en las condiciones en las que lo hacen, yo lo comprendería, porque de alguna forma son jóvenes en un proceso de formación de sus conciencias[1]. No obstante, no son los estudiantes los que han permitido  el secuestro de la Universidad por manos de un solo hombre, sino que han sido los profesionales de ésta.
En este sentido, no comprendo cómo es posible que un amplio sector de profesores, quienes han cursado estudios de licenciatura, de maestría y muchos de doctorado, y quienes, además, han sido testigos directos de la decadencia en la que se encuentra la educación superior de Panamá, en dónde la Universidad de Panamá, a lo interno, no tiene programas permanentes en todas las carreras que incentiven la academia ni la investigación científica, programas indispensables en toda Universidad, máxime si es la Universidad rectora del país; y, a lo externo, no deja de otorgar permisos para que proliferen las universidades privadas, aún cuando éstas no cuentan con un plan de estudios serio ni con una infraestructura adecuada.
No es posible comprender entonces, que un número considerable de estos profesionales  sacrifiquen la educación superior de todo un país a cambio de un voto que seguramente les otorgará una seguridad temporal.  ¿Dónde está el compromiso que adquirieron al asumir una plaza de trabajo como profesores de la Universidad de Panamá?
En cuanto a los administrativos, las amenazas de que con el cambio de rector haya alguien que los ponga a realizar efectiva y eficientemente el servicio público para el cual fueron contratados o, peor aún, la amenaza a que los despidan, permite que le otorguen el beneplácito al rector cuasi – vitalicio. Yo siempre me he preguntado: ¿Por qué ellos tendrían que intervenir mediante el voto en una consulta que afectará una institución académica,  si sus funciones no son académicas?
 Sin duda alguna que ante una promesa que en cuatro períodos no se ha cumplido como la de “Expandir las infraestructuras de la UP, crear aulas de clases en zonas indígenas y alejadas del país, incorporar la investigación pragmática para mejorar las técnicas de los estudiantes y las de construir más centros de tecnología en todo el país”[2], no puede más que haber otros intereses, para que profesionales sigan apoyando al rector cuasi – vitalicio de la Universidad.
Ojalá que los demás candidatos, el Profesor Eduardo Flores y el Dr. Edgardo Molino Mola, de quien fui testigo de su excelencia académica y de su compromiso con la docencia, quienes son parte del sector de profesores que está consciente de lo que ocurre en la Universidad de Panamá y tienen un compromiso con la institución, puedan aliarse, para que sean una luz de esperanza que permita frenar la mediocridad académica e institucional implantada por el rector cuasi – vitalicio de la Universidad y así  generar cambios positivos en la institución. Porque si no, tal como sínicamente expresó el rector – cuasi vitalicio, al señalar en una entrevista “Aquí me quedo, este es mi destino final"[3], a la educación superior de Panamá no la salvará más que la tumba de este señor.
Nota: La realidad por la que atraviesa la Universidad de Panamá, fue expuesta, bajo mi percepción, en otra entrada, la cual podrán encontrar en el siguiente enlace:
http://escritoresdelalibertad.blogspot.com/2010/07/universidad-de-panama-o-universidad-del.html


[1] Valga la pena aclarar que me refiero a los estudiantes que auténticamente portan este nombre, es decir los que transitan, en promedio, durante seis años en la Universidad, y no me refiero en lo absoluto a los parásitos vitalicios, que se hacen pasar por estudiantes, y que son los únicos que apoyan al rector, a cambio de la administración de los pequeños negocios que hay en la Universidad, como fotocopiadoras y kioskos.

[2] Diario La Estrella de Panamá del 24 de marzo de 2011. Artículo: “García de Paredes presentó hoy su postulación”
[3] Diario La Estrella de Panamá del 17 de marzo de 2011. Artículo: Voto ponderado parece ser la clave de García de Paredes.

2 comentarios:

  1. Zuleyma Montenegro25 de marzo de 2011, 20:36

    No al Rector Vitalicio!!! Que llegue sangre fresca a mi querida Universidad.

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  2. … no te puedo decir, con pocas palabras, lo orgullosa que me siento de tu forma de pensar y de expresarte. De que seas mujer panameña. Comparto tus inquietudes. Me recuerdas a tu inolvidable tío Herasto, que yo sé, es tu modelo y guía en el recuerdo y desde donde está, siempre presente. Hizo un gran trabajo el tío. En cuanto a lo que acontece en la Universidad, es algo que revuelve, repugna y duele. Como dices, no solo participan esa muchachada (la misma que fuera de la Universidad se comporta igual), si no los académicos de quien uno pensaría, se conducirían con un sentido claro de lo que es el valor de la educación; que deberían saber después de los años del “Gustavato”, el daño que le ha hecho a la institución en todo sentido.

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