viernes, 23 de septiembre de 2011

A mi madre, en su día















Mujer de sensibilidad y temple,
que dio su primera protesta pacífica
un veintitrés de septiembre,
cuando con un llanto anunciaba
que vendría a luchar contra el gobierno oponente.
La pelea sin armas ha sido su estandarte,
cargado desde la infancia
y seguro que hasta el día de su muerte;
practicado mediante el teatro, una marcha
o a través de una disertación elocuente.
La educación ha sido su mejor aliada y consorte, 
batalló por conseguirla desde la puericia
y después por transmitirla continuamente,
llevándola al nuevo niño y a la nueva niña,
dándole las herramientas para que puedan defenderse.
Sensible ante la vulnerabilidad de las mujeres
con quienes ha caminado y camina
incansablemente,
para que se les respete y tengan una mejor vida
en igualdad con los que siempre han hecho las leyes.
Orgullosa de su raíz vallerriquense
tierra que jamás olvida
y que por el contrario engrandece,
rebautizándola: la hermosa república,
aunque tenga fuertes rasgos macondenses.
Fiel a sus ideales, por los que brega infatigablemente;
perseverante ante la situación más adversa;
amiga leal y confiable, que siempre, siempre
muestra su cara optimista cuando la vista se nubla,
el mundo se derrumba y todo oscuro parece.
Esta mujer de sensibilidad y temple,
que mediante estas letras está aquí descrita
hoy suma a su historia otro septiembre;
por lo que le pido a Dios que la cuide y la bendiga
porque esta mujer es mi madre, Nelva Reyes.
¡Felicidades madre querida!

3 comentarios:

  1. Es un orgullo conocer a una mujer tan admirable, bendiciones y a celebrar la vida de Doña Nelva, quien nos enseña con su ejemplo como es que realmente se debe vivir!!!

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  2. Gracias Jenny.

    Fe de erratas: A quienes les llegó esta entrada por correo donde dice: un veinte tres de septiembre, es un veintitrés de septiembre. Disculpen el lapsus mental.

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  3. Gracias Mary, por estos versos tan lindos. Muchas Gracias, Saludos

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