En muchas ocasiones, he sido criticada por creer en ti. Cuando era adolescente, me cuestionaban el hecho de dedicar tanto tiempo a las actividades que tuvieran relación contigo. Mis amigos de ese entonces me juzgaban porque no los acompañaba a las “chupatas” escolares, a los “arranques” o salidas, etc.
De adulta me han cuestionado el que escuche música que se ha escrito inspirada en ti. Me han dicho fanática por eso. Lo cual para mí ha resultado contradictorio, porque no entiendo la diferencia de escuchar ese tipo de música, a una escrita por cualquier cantante que las emisoras de radio y demás medios de comunicación, han ayudado a que sea famoso o famosa, y que por supuesto también escucho.
He recibido fuertes interrogatorios, porque la gente no entiende cómo es que digo creer en ti si critico tanto a una de las instituciones que dicen darte a conocer. Me han dicho que soy rebelde por eso.
¿Y sabes? En estos días en que recordamos el paso de tú injusta muerte y tú gloriosa resurrección, reflexiono y doy respuesta a esos cuestionamientos.
Doy gracias a mis padres porque ellos no me inculcaron creer en ti, de modo que yo misma pude hacerme un criterio de tú persona. De hecho, me bauticé de adolescente porque era algo que yo deseaba hacer. Y si bien, el bautizo es un signo más de la Iglesia católica, fue en ese entonces, cuando no entendía eso de los signos y tradiciones, que empezó a inquietarme tú vida. Al punto de que yo misma, deseaba conocer un poco más de ti y fue así, que accediendo a la invitación que me hizo Pedro - mi amigo inseparable de la secundaria - para asistir a un encuentro de jóvenes, es cuando, por primera vez, tuve la hermosa experiencia de sentirte. Nunca algo había sido tan satisfactorio para mí.
A partir de entonces, siempre tuve necesidad de saber más de ti, de buscarte y de encontrarte, y es por eso que entregué mi adolescencia y mi juventud a esa búsqueda. Nada para mí era más grato que estar en actitud de escucha permanente a lo que tú, por diversos medios, me transmitías diariamente.
Empecé a conocer a un Jesús humano, sencillo, entregado a los demás; carente de egoísmos, con defectos, con virtudes - como todo ser humano - que te hacen único. Un Jesús misericordioso, amoroso, paciente, servicial, con determinación, tierno, de carácter fuerte. Un Jesús rebelde, para todo lo que hiciste en aquellos tiempos de la historia. Un Jesús crítico y auténtico.
Por ello, cuando avanzaba en el conocimiento de tú persona y veía la realidad de la Iglesia a la cual pertenezco, podía comparar y ver que muchas cosas no correspondían a lo que yo había aprendido de ti versus lo que dicha institución proclamaba y hacía. Me llevé muchas decepciones, lloré, me sentí frustrada, me sentí decepcionada e incluso hasta dudé de ti. Sin embargo, hoy día comprendo que todo fue parte del aprendizaje.
Pues, entre otras cosas, aprendí que la Iglesia (cualquiera que sea, yo hablo de la católica porque fue allí en donde tuve mi experiencia) es algo distinto a lo que tú eres. La Iglesia, finalmente está constituida por hombres y mujeres imperfectos que por las ansias de poder y de poseer el control, ha cometido y sigue cometiendo injusticias muy fuertes en la sociedad. La culpa – a través del pecado - , es el medio que suele utilizar para cometer dichas injusticias.
Aprendí que en tú nombre se manipula y se ha manipulado a lo largo de la historia, las conciencias de los miles de millones de seguidores que por la razón que sea no son autoconscientes y por tanto, no cuestionan lo que se nos pone al frente y creen a ciegas lo que dicen que proviene de ti.
Aprendí que la Iglesia es uno de los instrumentos que nos conducen a ti. De hecho, para mí lo fue. Sin embargo, no es el único. De hecho, en ocasiones, cuando no se tiene una clara separación de lo que es la Iglesia y lo que eres tú, dicha institución puede ser el medio para alejarnos de ti.
Aprendí a ser crítica y por ende, a quitarle el velo a lo que se nos plantea como única realidad, como única razón. Por ello me llaman rebelde. Yo le llamaría ser autoconsciente.
Aprendí que solo contigo encuentro la libertad y el amor en su máxima expresión, ya que eres la fuente de esos dos sentimientos y/o valores, que para mí siempre han sido los más importantes en mi vida.
Aprendí a creer sólo en ti. Y por tanto, eres y serás siempre el único “amuleto” que requiero. Pues todo lo demás, llámese brujerías, santeros, supersticiones, resguardos, etc., son creaciones de los hombres que al final se constituyen en viles negocios. Ninguno supera tú poder.
Aprendí a ser auténtica y sencilla interna y externamente, a no dejarme llevar por las vanidades del día a día, por ello soy feliz – pese a las críticas o recomendaciones que me han hecho en muchas ocasiones - con unos jeans, un suéter, mi colita de caballo y unas zapatillas o tenis.
Aprendí a verte, escucharte y a sentirte por medio de la naturaleza, aquella mágica creación que nadie ha podido superar. Al igual, que por medio de cada hecho que pasa día a día. Algunas veces, no puedo verte, escucharte o sentirte de inmediato y tiendo a desesperarme cuando no encuentro respuestas, pero con el paso de los días me permites discernirte y entenderte.
Y esta síntesis del aprendizaje que he tenido de ti y por ti, me ha permitido creer cada día más en un Jesucristo distinto al que se nos ha querido vender a través de imágenes, estampitas, miles de cosas “bendecidas” y de los innumerables mitos que aún existen con respecto a ti. Toda la experiencia que he vivido, en este proceso de aprendizaje que no termina, ha formado la mitad de mi vida, la parte espiritual, aquella que me permite procurar un equilibro con la otra parte de mi ser: la razón y la ciencia.
Eres mi modelo, mí único modelo a seguir. Y a pesar de que no te llego ni a los talones, no me cansaré de trabajar en mi interior, para ser cada día una persona lo más cercano a ti.
Hoy, como todos los días te doy gracias por permitirme conocer un pedacito de la gran inmensidad que eres, por las personas que he conocido a lo largo de mi juventud – con quienes comparto la inquietud de conocer más de ti - y que me han transmitido tú amor, doy gracias por la oportunidad de vivir y espero pacientemente el día en que pueda descansar en tus brazos para gozar de tú amor y de tú libertad. Como tantas veces lo he soñado.
Mi amor por ti Jesús, es infinito y festejo un año más - de aquellos que inventamos los hombres y mujeres para organizar nuestras vidas - tú gloriosa resurrección.
Por adelantado, les deseo una Feliz Pascua de Resurrección.
¡Saludos!
Estimada Nelva:
ResponderEliminarMe da mucho gusto recibir tus mensajes y en especial éste porque me hace sentir muy bien el saber que amas a Jesús y sabes una cosa que en el momento que uno lo conoce cambia tu vida yo te puedo decir que desde hace 3 años me di cuenta de su presencia y para mí fué un parteaguas en mi vida y creo en él no por alguien me lo haya inculcado sino porque en verdad lo sentí.
Comparto contigo el que una institución como la iglesia católica manipula y guarda secretos para conservar su poder a su conveniencia, pero al fin a cabo son hombres quienes llevan a cabo tal situación.
Jesús fué un magnífico y gran metafísico que repartia AMOR a todos por igual no importando si eran pobres o ricos, para él no hay distinción alguna. Él es grande y misericordioso.
Te felicito Nelva porque me hiciste recordar y vivir todo lo que Jesús es para mí y eso te lo agradezco.
Que Dios te bendiga Nelva.
un abrazo
Celina
Hola Celina:
ResponderEliminarGracias a tí por participar y por compartir parte de tú experiencia.
Es difícil que la gente exprese sus creencias por miedo a ser visto como bicho raro.
He escuchado inclusive que dicen que un grado más de ciencia uno menos de fe.
En mi caso particular, yo lo veo a la inversa, porque en mis estudios me doy cuenta que hay cosas,que simplemente no tienen explicación científica, porque la ciencia llega a un punto tope. Es allí en donde entiendo y comprendo que hay una fuerza superior que trasciende. Y es esa fuerza a la que algunos como yo, llamamos Jesús.
Saludos y que estés muy bien.
Estimada Escritora de la Libertad:
ResponderEliminarSi es verdad que nacimos y crecimos dentro de esta Iglesia que se llama Catolica Apostolica Romana. Pero por Equis o ye motivos, ha ido degenerandose completamente a los preceptos de Jesus.
Yo sigo admirando a este Jesus y espero que la Iglesia por conservar su poder sobre nosotros haya cambiado su historia al punto de transformarlo en otra persona diferente a la que en realidad fue.
Creo en Dios y si Jesus fue su discipulo o hijo, no lo se. Pero si se que fue una persona ejemplar y digna de ser admirado y reverenciado.
No trato de buscar en otras religiones la perfecta porque me parece que todas se estan prostituyendo para atraernos a ellas y no por nuestras almas, sino por lo economico que les podemos aportar, o como hacen los partidos politicos, tener mas ovejas en su corral y decir que eso los hace mas Grandes.
Dios existe para todos, por eso no es conveniente ponerle ni nombre ni apellido religioso. El dia que consigamos esto, en el mundo se acabarian mas del 75% de las guerras y odios sectoriales.
Increible, verdad!
Pero asi de Poderoso es el poder de Dios, Ala, Jehova, Buda, Zeuz Rah, etc. etc.
Con el amor de la Gran Molecula te saluda,
Antonio E.
Querido seguidor de Descartes y del Método Científico:
ResponderEliminarMuy cierto lo que dice en función de que el día que decidamos quitarle los nombres y apellidos a las religiones se acabarán muchos problemas sociales. Y agregaría yo, se evitarán los que se perfilan y pronostican que van a venir con la proliferación de más subdivisiones de las religiones.
Me da mucho gusto tenerlo por aquí y que lea mis inquietudes.
Lo felicito por tick, tick pienso, luego existo, espero también leer sus inquietudes.
Un fuerte abrazo Sr. Antonio!