¿Cómo me siento hoy?

Un par de minutos detienen el trabajo que no he parado de hacer desde hace algunos días, la terminación del tercer capítulo de mi tesis, al cual diariamente le dedico entre ocho a doce horas, más el tiempo que tengo que dedicarle a las otras tres materias, al portugués, al italiano y al Inglés. ¡Ah! Y, obviamente, a la satisfacción de las necesidades básicas y no tan básicas, pero necesarias del departamento.

Es por eso que en este momento me siento cansada. Nunca me ha gustado que me presionen con el tiempo, siento que así las cosas no fluyen en mí mente de la forma como yo quisiera. Pero, pese a que inicié el desarrollo de este capítulo, desde hace algunos meses, siento que no he avanzado tan rápido como otras veces y que aún me falta un largo camino por recorrer para concluir. ¿Las razones? He tenido muchos tropiezos en la consecución de la información; y, mi espíritu investigador, crítico y exigente, para este tipo de cosas que suelen apasionarme, siempre hacen que aún cuando tenga toda la información, quede insatisfecha y requiera más; o me da por buscarle la quinta y sexta pata al gato de todo lo que las instituciones me presentan como realidad.

Por otro lado, desde un inicio sabía que esta investigación sería más compleja que las otras que he hecho, porque se trata de un análisis comparativo de temas sensitivos de dos países, uno, en el cual no me encuentro y otro en el que no hay una cultura de la transparencia de la información, en donde todo es secreto, al punto que hasta creo que en los buscadores de Google y otros buscadores públicos, hay censura de la información, porque ni allí aparece nada. Pero aún así, me quise adentrar a esta investigación, porque me gustan los retos y nunca me han gustado las cosas fáciles, pues de ser así, no sería una investigación.

No obstante, en este momento me siento cansada y un tanto fastidiada, mis ojos están irritados, la cintura me duele, estoy al punto del desarme (Siendo particularmente exagerada), pero aún así, debo seguir, porque pese a que una fuerte voz en mi interior me dice que no terminaré a tiempo, hay otra, aquella que realmente sabe cual es el potencial que poseo y que siempre quiere callarse ante la otra voz interna o ante voces externas, que me dice, vas a poder, tú siempre puedes hacer lo que te propones. Es a esa voz a la que quiero escuchar en este momento, porque es la que me da la fuerza para avanzar y poder terminar esta investigación.

Creo que estas y otras cuestiones que he vivido en esta Maestría, son las que al final del camino – de obtener el grado de Maestra en Política Criminal – van a llevarme a decir que no fue gratis y que costó tiempo y esfuerzo. Tan solo espero que más allá de la satisfacción personal que me vaya a generar, pueda ser útil y valorado en algún lugar.

Perdón por atiborrarles con mis momentos de hastío, pero estos también forman parte de la vida y necesitaba desahogarme respondiendo a la pregunta de ¿Cómo me siento hoy?

¡Saludos!