miércoles, 27 de octubre de 2010

Carta a Herasto Reyes. Tras cinco años de su partida.


Cinco años. Pareciera mucho tiempo, porque en un período equivalente a ese: un bebé deja de serlo para convertirse en niño. Un adolescente llega a ser adulto. Se puede concluir un bachillerato. Se termina una carrera de licenciatura y dos de maestría. En cinco años ocurren tantas cosas en la vida de las personas. Sin embargo, lo que no ha ocurrido es el borrar tú recuerdo, pues éste ha sido grabado con tinta indeleble no sólo en las mentes, sino también en los corazones de quienes te conocimos y te quisimos.

Han pasado cinco años desde tu partida y aún puedo escuchar el sonido del silbido que entonabas cuando arribabas al apartamento, advirtiendo tú llegada.

Cinco años han transcurrido y es posible ver, como si fuera ayer, tú imagen delgada, vestida con el clásico y universal atuendo que portabas en todo tipo de eventos. Atuendo conformado por tus pantalones jeans, tu camisa de cuadros, tus botines color negro a medio amarrar y tú peculiar barba de chivo. No recuerdo haberte visto vestido de otro modo. Siempre decías, con aquel talante chistoso que te caracterizaba, que tú estilo era la última sensación de la moda. Esa era la forma como te sentías cómodo y la manera de mostrarle al mundo que aquello que llaman imagen importa poco cuando la capacidad la opaca.

Cinco años han pasado y aún ese dolor asfixiante y enmudecedor que me embargó el día de tú partida se siente tan cercano y tan reciente, pues no ha habido otra persona en este mundo que llene tú espacio, tú lugar. En lo personal, me sigue haciendo falta la compañía de ese hombre consejero, que me aceptaba tal como soy, con el que me gustaba conversar de política, de arte, de la sociedad, de la vida. Pero, sobre todo me hace falta la compañía de ese hombre que para mí fue el mejor de los ejemplos a seguir, porque su humildad; su impresionante inteligencia; su sencillez; su respeto hacia los pensamientos y las ideas de los demás; su pasión; su entrega; su solidaridad; su amor por la vida humana – sin distingo de ningún tipo –; su intransigencia en sus creencias, convicciones y en sí mismo; su entusiasmo; su espíritu aventurero; su afable carácter y su integridad, me daban la oportunidad de conocer y recordar a diario en qué consistía ser humano.

Cinco años se han cumplido y aún mantengo en mi memoria dos acontecimientos que me permiten constatar que muchas personas, aún con ideologías diferentes a las tuyas, pensaban lo mismo que yo. El primero, fue la reunión para despedirte. Tal vez la larga travesía del viaje hacia aquel sitio al que te marchaste, del que todos hablamos pero ninguno sabemos cómo ni dónde es, no te permitió ser testigo directo de dicha reunión. Pero, debo decirte que la Iglesia estuvo colmada de personas provenientes de todas partes del país, y a diferencia de otros entierros a los que he asistido, la gente que allí se encontraba, se veía sumamente dolida de que te fueras. No recuerdo un rostro que hubiera estado en ese recinto, en el que se reflejara su asistencia por compromiso social y eso que también había uno que otro político. Fue una despedida irónicamente tan bonita, como sin duda alguna te la merecías. Las personas obviaron llevar esas resoluciones largas, frías y aburridas que suelen leer en esos momentos y por el contrario, compartieron las experiencias que vivieron a tú lado. Mientras las leían, la gran mayoría de los oyentes no podían contener las lágrimas, porque con tan sólo unas horas de que te nos habías adelantado en el camino, ya te extrañábamos.

El segundo momento fue cuando tú familia donó a la biblioteca nacional de Panamá, la herencia que dejaste, el preciado tesoro que como un centinela sin descanso cuidabas y apreciabas tanto: tú biblioteca personal. Ese día comprendí dos cosas: La primera, que no por coincidencia falleciste el día del estudiante, pues tú fuiste un estudiante permanente. La segunda, que ese don natural que tenías por la escritura y ese conocimiento tan vasto sobre diferentes temas, nunca fue descuidado, pues fueron complementados y adquiridos – respectivamente – con aquellos amigos que para ti siempre fueron inseparables: los libros. Pero, además, luego de tres años de tú partida, cuando se hizo esta donación, las personas que asistieron seguían recordándote, queriéndote y extrañándote tanto. Para mí es increíble ver lo que causas en quienes tuvimos la gran fortuna de conocerte. Pues en ambos acontecimientos se podía respirar una paz, una tranquilidad, una armonía y una magia como no la he sentido en ningún otro lado, y es que creo que las personas tan transparentes como tú no pueden generar otro tipo de sensaciones.

Cinco años han pasado y tú familia no ha sido la misma. Hace falta ese hilo conductor que procuraba generar momentos de unión y de compartir, sin que necesariamente tuviese que pasar algo negativo. De cerca me ha tocado ver como a tú inseparable hermana y a tú madre, sólo hace falta mencionarte y recordarte para que a través de sus ojos, se pueda apreciar una enorme nostalgia. Y es que si bien creo que nadie es indispensable en la vida de otro ser humano, pienso que desde el momento que alguien nos toca la vida de manera especial, como tú lo hiciste, surge en nuestro interior una necesidad de tenerles cerca para siempre.


He visto como cuando la gente se muere o se va de un lugar, suelen hablar de las cosas negativas que hizo la persona, sin embargo, se han completado cinco años desde que te fuiste y no ha habido persona que pueda mencionar algo poco positivo de ti. Aquellos inmaduros, intolerantes a lo que les es diferente y sin conocimientos, lo más que podrán decir, como de hecho lo escuché alguna vez, es que eras un ñañara, por tú tendencia de izquierda, como si dicha expresión fuera un epíteto ofensivo para ti ó como si con lo que tenemos de mundo hoy, dirigido por una derecha, sin siquiera ideología, fuera motivo de orgullo. Ni aquel ex presidente que quiso hacerte daño pudo ofenderte y denigrar tú integridad y tú profesionalismo como periodista. No obstante, tengo bien claro algo, la justicia llega tarde, pero llego y es por ello que hoy día él está en medio del show jurídico panameño, enfrentando un proceso jurídico. Tal como lo debió hacer desde hace tiempo. En fin, no es fácil marcharse sin dejar rastros de cola de paja, tú lo lograste. Pues cuando he coincidido con personas que te conocían y te ubican conmigo por mi apellido, he visto la emoción y el cariño que en sus rostros le genera el recordarte. Me ocurrió algo tan bonito cuando conocí físicamente a una columnista de La Prensa que labora en el lugar de trabajo donde estuve, pues cuando le dije que era tú sobrina, se puso a llorar y casi sin palabras, lo único que me dijo fue: cuanta admiración le tenía a Herasto. Me impresionó tanto. Ella sólo fue una colega tuya, con quien compartió trabajos, no era un familiar, sin embargo, pese a que te habías marchado hacía tres años – en ese entonces – todavía le dolía tú partida.

Cinco años han transcurrido y no he podido ver en aquel periódico, por el cual entregaste tú vida, a un periodista con más vocación, integridad, objetividad y entrega que tú. Mucho menos he podido observar a un profesional de la comunicación que esté interesado en hacer de su vida profesional un instrumento para alzar la voz de los sectores que normalmente no tienen voz.

Cinco años han pasado y no había podido volver a escribirte una sola letra, porque el dolor que me produce el recordar que ya no estás es muy grande. Sin embargo, hoy que se cumplen cinco años desde que te vimos físicamente por última vez, no puedo dejar de recordarte. Eres una de las dos personas a quienes le debo lo que soy hoy día y por ende siempre me sentiré sumamente agradecida contigo, pues cuando aquel a quien le correspondía estar no estuvo, me tendiste tú mano y no me abandonaste.

Hoy cuando los puntos cardinales de mi vida se encuentran en medio de un remolino junto con los razonamientos y los sentimientos, me hace falta esa mano amiga que sin decirme qué hacer, sin imponer su criterio, sin sus egoísmos personales, sin juzgarme y sin hacerme sentir culpable me oriente, me apoye y me conduzca a elegir el mejor camino, el que me genere más satisfacción.

Querido tío Herasto, cinco años han pasado desde que te fuiste físicamente, pero puedes estar seguro que aún subsistes en muchas mentes y corazones, pues pese a que entendemos y somos conscientes de que la vida es un ciclo, muchos como yo, hubiésemos deseado que no te hubieras ido.

22 comentarios:

  1. Simplemente hermoso Mari...Dios bendiga esa pluma.

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  2. Querida Nelva:

    Que bello homenaje! Tú tío querido, debe estar sonriendo en el cielo y a través del legado que sembró en ti vas a continuar con sus luchas por los más débiles y vulnerables de nuestro país.

    Felicidades por este escrito.

    Muy lindo, me llenó de emoción.

    Un abrazo,

    Marcela T

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  3. Hola Marissa.
    Me ha encantando la carta que hiciste en conmemoración de los cinco años de partida de Herasto.
    Asi es, es una persona que realmente es difícil de olvidar
    y coincido contigo en todas estas virtudes que acompañó a Herasto en todo momento.

    Mi familia y yo guardamos excelentes recuerdo de él. Sin embargo él desde donde esté sigue cuidadndo de tí.

    Saludos.

    Judith Flores

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  4. Gracias por sus comentarios. No es fácil para mí hablar de las pérdidas de los seres que han tocado mi vida. Me da gusto haberles transmitido algo de mi sentir.
    Saludos,

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  5. Hermoso y tocas todos los recuerdos que habitan la memoria de cada uno de nosotros. Mejor descripción de Herasto quizá no pueda haber. Herasto fue como mi padre. Muchas cosaS que he logrado en la vida se lo debo a él. Sólo la muerte me obligará a dejar de pensar en él.
    Carlos Fong

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  6. SIN PALABRAS!!!

    El corazón se me partió. Gente como él,

    siguen siendo el fogonazo para seguir adelante.

    Gracias Nelva.

    Flora Eugenia.

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  7. Todavía no termino de enjugar mis lágrimas, Nelva, pues como tú bien sabes fui más que colega, estudiante de Herasto. Y recuerdo con cariño, pero con nostalgia de la que pega muy duro, momentos que compartí con él en el periódico y fuera del mismo en nuestras faenas y aventuras periodísticas.

    Felicidades, porque además de que transmites el sentimiento, escribes muy, muy bien. Llamó mi atención el detalle del uso de "Tras" cinco años, porque no lo ponen en práctica en los diarios impresos, televisados, radiofónicos; se limitan a decir: "A" cinco años de su muerte, partida, etc. fórmula errada, pues el "a" en realidad significa en este tipo de contexto que falta tanto tiempo para que suceda algo.

    Reitero mis felicitaciones , un fuerte abrazo,

    Lil

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  8. Hola Nelva. He leído esta hermosa nota tan llena de justos y tiernos reconocimientos a la integridad y compromiso popular de Herasto.

    Hombres como él son escasos en este mundo.

    Saludos,
    Pastor

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  9. Mari! te quedo más que excelente, está reflejado todo el sentimiento y admiración que siente aun después de 5 años de la partida de una Gran Persona como lo fue Herasto.

    He llorado y llorado, es una lectura que envuelve y que no se puede dejar de leer.

    Mis felicidades y respeto Marissa. Saludos

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  10. Asi es Mari a Herasto siempre lo recordaremos fue un hombre que supo mantener sus ideas y compartirla con todos sus compañeros. donde Dios lo ha llevado esta muy bien, su recuerdo es el que no debemos olvidar

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  11. Comentario enviado a través de la Ing. Marcela, de parte de la Sra. Berna Calvit.

    Conocí a Nelva aquí en M&M y desde el instante en que empezamos a conversar supe que Nelva pertenecía a un cada vez más escaso, grupo de seres humanos pero que era además, digna heredera de los atributos de su tío Herasto.

    La semblanza de Herasto es tan acertada que me parece tenerlo frente a mí, conversando con aquella, serenidad y convicción firme de sus principios e ideales pero respetuosa de los de otros.

    Fue un hombre excepcional y estoy segura de que siempre debe haber estado orgulloso de su sobrina Nelva. Creo que Nelva está encontrado su camino y que el tío Herasto la está guiando.

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  12. Profesor Edwin Molina29 de octubre de 2010, 12:21

    Comentario enviado a través de Nelva Reyes.

    He leído con emoción la sentida carta que su hija escribió con motivo del quinto aniversario de la partida de Herasto, gracias a la gentileza de nuestro paisano, amigo y compañero de la Escuela Secundaria de Las Tablas, ese fértil vivero estudiantil de su generación, de la del inolvidable Herasto y Milcíades quien me la reenvió y acabo de leer emocionado.

    Qué fugaz es nuestra existencia. A medida que nuestro kilometraje avanza sentimos que el tiempo es más veloz, que un año es más corto que cuando vivíamos en la campiña santeña y sentíamos que los tres meses de vacaciones anuales eran largos. Es el tiempo emocional, que no coincide con el tiempo real. El estado anímico determina si un minuto es corto o dura una eternidad aunque siempre dura sesenta segundos.

    La vida agitada y compleja actual nos hace sentir que el tiempo pasa veloz, pero lo que no pasará es el legado el recuerdo grato de un hombre como su hermano Herasto Reyes que me recibió más de una vez en su despacho en La Presna cuando lo saludaba en busca de apoyo para la publicación de algún artículo mío. Llevo conmigo, fresca en la memoria la imagen de ustedes dos en los pasillos del plantel que tuve la fortuna de dirigir en una época de estudiantes con ansias de superación, respetuosos, padres de familia cooperadores y responsables y docentes capacitados con vocación de servicio. La carta de su hija, que refleja un hondo y autentico sentimiento nacido de lo más profundo de su ser, refleja innegablemente la vena literaria de de su amado y recordado tío, lo que sin duda alguna le viene por estirpe. Me ha transportado a los gratos recuerdos de su hermano y los años dorados de la Escuela Secundaria de Las Tablas que compartimos juntos.

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  13. Comentario enviado por el Profesor Edwin Molina, a través del Profesor Milciades Pinzón.

    Mil gracias por remitirme esta carta tan elocuente del sentimiento y reconocimiento de una sobrina hacia esa figura brillante de Herasto Reyes, expresados por su sobrina. Pareciera, sin menoscabar su propio talento, obra literaria del propio Herasto, el otrora jovencito oriundo de las tierras de Vellerrico que en las aulas y pasillos de la inolvidable Escuela Secundaria de Las Tablas cultivó y manifestó sus inquietudes juveniles sociales de rebeldía saludable. En varias ocasiones pude visitarlo en su despacho de La Prensa en solicitud de apoyo para la publicación de algún artículo de opinión mío.

    Lamentablemente no me enteré de su fallecimiento y sepelio oportunamente sino después de varios días, razón por la cual no pude estar presente en esa despedida que cita su sobrina. Si es cierto aquello de que por acciones los conoceréis, desde luego que por sus escritos también a juzgar por esta carta de la sobrina de Herasto e hija de Nelva, otra luchadora que se mantiene activa exteriorizando sus ideas manteniendo liderazgo magisterial. Es la chispa que les viene por estirpe amamantada en las tierras orejanas de las faldas del Canajagua que siguieron alimentándose en “los tibios aleros” del plantel tableño, vivero de promesas convertidas en frondosas y honrosas realidades que constituyen prestigio para la nación y la tierra chica.

    Que ironía. Herasto fallece 27 de octubre, día del estudiante, como honrando la fecha que él respetó y dio prestigio. Qué diferencia con los actos bochornosos de los artesanos y de la profesional para deslucir la fecha dedicada a los estudiantes panameños. Cuanta diferencia con su época de estudiante secundario, profesor. Cuando ejercí como Director, los dirigentes estudiantiles del Colegio se reunían y yo esperaba en mi despacho que terminaran la reunión. Luego me informaban de sus decisiones y me mostraban cartas o telegramas que redactaban dirigidos a funcionarios. Si la fogosidad juvenil incluía términos descomedidos o irrespetuosos yo los invitaba a reflexionar sobre los términos empleados indicándoles que lo cortés no quita lo valiente y ellos, entre los que figuraba Herasto a veces, los modificaban y me los presentaban nuevamente. Eso ocurrió con la lucha para construir el anexo en la parte frontal del plantel. Era otra época y otra calidad de estudiantes, profesores y padres de familia. Saludos.

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  14. Nelva, gracias.

    Que conmovedor. Como pasa el tiempo, pero si hay alguien que nos hace falta y extrañamos, era Herasto. Comprometido con las causas que hacia propia en solidaridad con los desfavorecidos. Has retratado su carácter y su actitud hacia la vida.
    Las personas pasan cuando se le olvida, pero cuando son recordadas por su proceder, por su obra y como aporto sin querer, ha dejado un legado a la ciudadanía y los periodistas que los conocimos, cuanto extrañamos a nuestro hermano.

    Lo leeré en programa, gracias por enviármelo.

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  15. Muchas gracias por compartir estas letras...existen pocas personas que marcan la vida de otros y este es el caso de tu tio y siempre es bueno traerlo a la memoria
    Mil gracias

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  16. Estupendo artículo que puede ser colocado en varios portales.

    Me emocioné mucho y efectivamente pensé que cinco años es mucho tiempo; pero lo importante es que su legado permanece y su recuero y sus acciones nos mantienen siempre pensando en un nuevo periodismo que ojalá pronto prevalezca.

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  17. Nelva Marissa¡
    ¡Mil gracias por compartirme algo tan bello!
    Son palabras que brotan del alma y por lo mismo son sagradas¡
    Y permiten a un ajeno como yo, sentir profundamente la presencia de ese ser lleno de humildad, sólo así se tiene la sabiduría.
    Estoy segura, que él se ha sentido muy honrado con sus letras, expresión de amor y de respeto a la vida.
    Su bendición y si oficio la acompañarán siempre en su corazón¡
    Sinceramente,
    Magdalena Espinosa.

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  18. Querida Dra. Magdalena,
    Gracias a usted por tomarse un tiempo para visitar mi espacio, me llena de mucha alegría.
    Saludos,

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  19. Hata hoy pude terminar de leerlo una nostalgia infinta me impedía hacerlo... A veces es bueno llorar para desahogar el alma. No puedo escribir lo que siento... no encuentro las palabras...

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  20. Querido Juan.

    Las emociones que siempre se nos han presentado como negativas (Que de hecho son la mayoría), tienen siempre una finalidad positiva, porque el cuerpo humano no se equivoca jamás.

    Y como bien dices, las lágrimas, forma de expresión de varias emociones, nos liberan precisamente de aquello que no podemos contar o expresar en un momento determinado. Pero al final, siempre nos ayudan a sanar lo que sea necesario sanar.

    Gracias por tomarte el tiempo, cualquiera que este haya sido, para leer mi sentir sobre tú papá.

    ¡Un abrazo con cariño y ánimo!

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  21. Buenos días Nelva: yo trabajé con el camarada herasto en La Prensa. El lunes 29/10/2012 se murió un amigo mutuo de Herasto y mío. Y en ese momento recordé a Herasto. A 7 años de su muerte, saludos a todos los que piensan por los pobres de este país.
    BASILIO FERNANDEZ


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  22. Gracias por su comentario Basilio.

    Pienso que las personas mueren sólo en la medida en que se les olvida. Mientras tanto, siguen vivas, entre nosotros, de manera inmaterial, pero vivas.
    Saludos.

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