jueves, 18 de noviembre de 2010

Sin nombre

Tornados de emociones

se entretejen como enredadera

en esta carcasa calcinada

por la llama de la desilusión.

Fuiste el ancla donde fijé

mis mejores anhelos, sueños y esperanzas.

Fui el paso rapaz de unos alegres días del calendario

que al consumarlos no te causan ninguna conmoción.

Cual paloma mensajera ilusionada

atravesé grandes distancias

y te entregué en la puerta del corazón

un mensaje respetuoso lleno de un leal amor

Pese a que sé que te gustó

porque lo disfrutaste cual dulce helado de nuez

devolviste sus restos en una servilleta manchada

con el tornasol color del engaño, de la burla y de la decepción.

Es inevitable no sentir los efectos de este terrible tornado

cuando he perdido la boya de mi ancla en la inmensidad del mar

y el co – capitán de este barco es indiferente ante el torbellino

y me deja — por ahora — naufragando en una total desorientación.

3 comentarios:

  1. Tome el timón de nuevo y enfile al horizonte, nuevas tierras apareceràn.

    Saluditos

    Emy

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  2. Mary, en los diferentes géneros escribes muy bien.

    Cuando pensamos que estamos desorientadas, necesitamos tomar aire, respirar profundo y demostrar nuestra entereza y capacidad para seguir adelante dando ejemplo a nuestros amigos, familiares y compañeros que la vida es un reto y es un compromiso, pero al mismo tiempo tenemos la energía y la alegría de tener la vida para enseñar, compartir, y para dar ejemplo de honestidad y fidelidad en el área que sea y sobre todo para servir.

    Te quiere Nelva

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  3. Muy lindo Nelva.

    Sigue escribiendo.

    Un beso,

    Marcela T.

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