jueves, 9 de diciembre de 2010

Un gran viaje literario

Un salón sencillo con un par de mesas formando un semicírculo fue el aeroplano que transportó a un poco más de treinta pasajeros de edades que oscilaban entre los 18 y un poco más de los 60 años. El vehículo fue conducido por un joven maestro que demostraba un profundo conocimiento en materia literaria. Conocimiento que fue compartido con el grupo viajero que siempre se mostró ávido en perfeccionar la técnica de escribir.

La dinámica del viaje siempre fue la misma. Llevar los escritos que quisiéramos, darle una copia a cada compañero, leerlo en voz alta, dar tiempo para que los compañeros lo leyeran en voz baja y escuchar las críticas de los compañeros, sin derecho a réplica. Las críticas debían ser, principalmente, de aspectos formales, pero siempre pecábamos en comentar el fondo del tema expresado, ya fuese en poesía, ensayo literario, cuento o prosa.

Recuerdo muy bien la primera vez que me tocó leer un escrito. Nunca antes me había sentido tan nerviosa ante un grupo de oyentes. Los que me conocen saben que estar ante un público es algo que no se me dificulta mucho. No obstante, en aquel momento recuerdo que mis manos temblaban, mi corazón se sentía muy agitado y mi voz que suele ser muy pausada viajaba cual corre caminos al hacer una lectura muy rápida. Al momento de escuchar la crítica entendí que cada compañero tenía algo que aportar enormemente para mejorar el desarrollo de aquello que representa una pasión en mi vida desde que era niña, escribir.

El escrito del que me sentía tan orgullosa, presentado en verso, se hizo tan pequeño ante tantas críticas, todas constructivas, pero que indicaban que desde el formato literario que había elegido estaba equivocada. Nunca antes alguien me había criticado así un escrito. Pero, fue extraño. Me sentí contenta al escuchar tantas observaciones, las cuales escribí en su totalidad en mi libreta de apuntes con la intención de re-leerlas y mejorar lo que había hecho. En ese momento entendí que había tomado el vuelo correcto.

El participar de este viaje, el escuchar las observaciones que me hicieran tanto a mí como a los demás tripulantes del vuelo, así como el ser testigo de los escritos de otros ha hecho que hoy día comprenda cuánto me falta por aprender, pero sobre todo me permitió entender que la razón de mis nervios al compartir mis escritos se debe a que al final significa comunicar aquello que proviene de los lugares más recónditos de mi ser.

Ayer, luego de un semestre, se terminó el viaje que llevaba por nombre: Taller de Creación Literaria y como casi todos los viajes me dejó bonitos recuerdos, pero sobre todo me hizo reafirmar cuál es mi verdadera pasión. Por tanto, sé que este vuelo no terminó ayer, sino que tan sólo hice una escala para, por un lado, reflexionar acerca de la importancia de este viaje en mi vida y, por el otro, dicha escala me servirá para tomar combustible y retomar el vuelo en un viaje que apenas comienza.

3 comentarios:

  1. Hola amiga,
    No cabe duda que eres una gran escritora. Tal vez esto que te digo lo hago por el cariño y respeto que te profeso, pero nunca en mi vida he conocido a tan maravillosa persona como vos, me llena de gusto y más de orgullo el decir que te conozco y que tengo el placer de llamarte amiga.
    Espero que sigas en tu viaje hacia la perfección que se que no te costará demasiado trabajo, ya que cuando haces algo que te gusta, lo haces con amor y oficio.
    Por último, solo quiero decirte que me pone triste el hecho de saber que tal vez pronto ya no estarás cerca de mí, pero espero que nuestra amistad siga creciendo, así como tú talento.
    Con mucho amor, respeto y cariño, se despide de ti tu gran amigo Adolfo González

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  2. Mi querido Adolfo,

    Me llena de mucha alegría el que leas y conozcas esta parte de mí y sobre todo el que comentes.

    No creo merecer tantas flores, pero si te puedo decir que una de las razones del por qué me gustan las danzas y las artes en general es porque te da la oportunidad de conocer a gente mucho más sensible a la que habitualmente uno se encuentra en el mundo. Gente que no le importa expresar sus sentimientos, gente tan linda y tan noble como tú.

    Ha sido poco el tiempo compartido, pero puedo pronosticar que tendremos una amistad muy duradera, con independencia de dónde nos encontremos.

    Gracias por tus expresiones de cariño mi querido amigo. Y espero que sigas visitando el blog.

    ¡Un abrazo!

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  3. Así es Nelva. Este viaje apenas comienza y algún día vamos a recibir la noticia de que esta panameña ha llevado la literatura del país a ganarse un reconocimiento internacional.

    Sigue volando que el cielo es el límite!

    Felicidades por este logro.

    Marcela Tejeira A.

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