martes, 12 de agosto de 2014

Día Internacional de la juventud: Reflexiones


Hoy es el día internacional de la juventud y justo hoy tenía un taller con un grupo de jóvenes de entre 15 y 17 años de una escuela de la localidad. Al terminar reflexionaba con la voluntaria que me acompañó y con la profesora, algunas ideas tales como las que a continuación les comparto:
Hay tanta energía en los jóvenes, tanto entusiasmo y tantas ganas de aprender...pero, a la vez, tan poca guía y orientación que los canales entre la juventud y el mundo adulto resultan disociados.
Si realmente nos preocupáramos un poco antes de criticar a esa gran masa ávida de ser escuchada y de ser tratada con amor y respeto, nuestro próximo mundo adulto sería completamente diferente al que tenemos hoy y del cual muchas veces nos avergonzamos por lo descarados y corruptos que son un gran número de miembros que lo componen (Ejemplos como el vergonzoso ex presidente de la Asamblea Nacional de Panamá hay muchos).
En la actualidad, los jóvenes cada vez comparten menos
tiempo con su padre y con su madre, y cuando lo hacen generalmente comparten relaciones malsanas y violentas producto del hastío que muchos tienen de vivir en una ciudad violenta en lo que a institucionalidad se refiere (carencia de transporte, tráfico espantoso, problemas en el suministro de recursos como el agua, etc.).
Además, los muchachos de nuestro país, cada vez participan menos en actividades extra curriculares que les permitan reforzar sus personalidades, cultivar valores como la amistad, liderazgo, solidaridad, trabajo en equipo, sentido de pertenencia, entre otros muchos.
En una encuesta que hacemos en el proyecto para el cual trabajo se refleja que el 65% de la juventud no participa en nada fuera de la escuela, lo cual nos da una lectura de que muy probablemente aquellos chicos y chicas que asisten a la escuela, llegan a sus casas a navegar en el solitario e individualista mundo del Internet, video juegos, etc., generando a su vez un gran porcentaje de individuos que pertenecerán a generaciones menos conscientes de los demás y de sus realidades porque viven en el mundo de la virtualidad y muchas veces del vacío, el cual los lleva  a ser más susceptibles de ser atrapados por las pandillas.
Sin duda alguna hace falta más proyectos que motiven a los jóvenes a participar, a sensibilizarlos de los problemas que ellos saben que existen, pero que no saben cómo participar, para ayudar a resolverlos. Hace falta escucharlos más y hacer más por ellos. Hace falta más guía y orientación bien empleada hacia la juventud, que contrarreste un poco, el sin número de mensajes negativos que mal informan a los menos longevos de nuestra sociedad y los confunden y desorientan.

Los adultos tenemos que ser responsables con los que vienen detrás, y en virtud de eso, revertir el daño que como masa adulta le hemos legado a los jóvenes mediante los malos ejemplos y el silencio cómplice ante los mismos; y, en ese sentido, debemos motivarlos con los medios que les gusta, para que tomen parte de nuestra sociedad, en las diversas esferas que existen y que permiten nuestro desarrollo como comunidad.

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