Hace escasos minutos terminó el partido Argentina – Alemania. Hace escasos minutos terminó mi mundial. El sabor que me queda luego del partido es un sabor agridulce. El primer sentimiento que me embarga es por supuesto de tristeza por la despedida de Argentina.
Durante este mundial, sobre todo en mi estancia en México, me he dado cuenta que pocas personas pueden comprender el hecho de que una persona extranjera para Argentina pueda sentir tanta afinidad y cercanía con un equipo. En Panamá, la historia es diferente porque nuestra experiencia de mundial ha sido nula y de alguna forma, nos identificamos con algún seleccionado extranjero que nos regale la alegría.
No obstante, como ya lo he dicho antes, mi afinidad con esta selección viene desde mi infancia, y a pesar de que nunca he presenciado la obtención de una copa por parte de la selección Argentina, siempre me he mantenido fiel a mi equipo, como generalmente ha ocurrido con todas las cosas en las que creo y las que hoy día forman parte integrante de mis principios de vida.
Me duele la pérdida de Argentina porque tal vez, desde que recuerdo, este es el equipo que más esperanzas me ha dado. Es el equipo que he visto más sólido, más fuerte, más entusiasmado y con más pasión. Es el equipo que hizo soñar a todo un pueblo llamado Argentina, y a los miles de hinchas de otras nacionalidades que, quienes como yo, apoyamos a la albiceleste.
Sin embargo, debo indicar que luego de la tristeza, también siento alegría, y es el segundo sentimiento que me embarga. Alegría por el buen desempeño de la selección Argentina en este mundial. Alegría porque en lo que va del 2010 no se había perdido ningún partido. Siendo el mundial la consagración del buen futbol albiceleste. Así, de 5 partidos disputados en esta copa, se ganaron 4 y se anotaron 10 goles. Marca perfecta para llegar a unos cuartos de final, sin embargo, pese a eso, no alcanzó con la que había dicho ya que para mi concepto – el cual es muy poco en esta materia – era el mejor equipo de este mundial, la selección de Alemania.
Alegría por Diego, porque pese a él mismo, demostró al mundo que lo más importante no es caer, sino levantarse y que por eso seguirá siendo el ídolo de muchos de los que aman el fútbol. Hoy su selección pierde contra un gran seleccionado que fue ampliamente superior, no solo por los goles sino por su cuerpo defensivo. Y, pocos equipos grandes se han ido tras la derrota de otro grande. Si bien el resultado es el mismo: la pérdida; el sabor es diferente.
Se fue mi esperanza de este mundial, sin embargo, esperaré hasta la próxima vez para nuevamente apoyar y alegrarme con cada participación de la Argentina en una disputa por la copa.
Gracias Diego y gracias a los 23 jugadores por su entrega en la cancha, hoy – pese a los intentos – nos faltó eso en lo que no creo, pero que mi amigo Juanito del Barrio siempre me decía que era necesario para ganar un partido de fútbol, al decir: además del talento hace falta un toque de suerte. Y es precisamente en momentos como estos, en los que veo varios intentos al marco que no entran, es cuando ese lado supersticioso que todos tenemos entra al ruedo y no me queda más que creer en la suerte.
Tal vez, algunos lectores puedan pensar que es un poco dramática esta entrada, hasta yo lo pensaría si en mi vida no estuvieran presentes en el día a día la pasión y la fe en las cosas que creo. Pasión y fe que se mantienen firmes, y que me impiden estar como saltamontes de un lado al otro, cambiando de camiseta en cada partido, sino que por el contrario me mantienen con la convicción y la creencia en mis valores, forma de vida e incluso hasta algo tal vez insignificante para muchos, como un partido de fútbol. Pasión y fe con lo que no podría vivir, pues hasta las derrotas saben diferentes.
En tú despedida, hoy te aplaudo Argentina. Hasta el próximo torneo.
...yo te sigo a todas partes
no me importa donde juegues
en las buenas y en la malas a tu lado voy a estar
vamos Argentina que tenes que ganar
la hinchada está loca no para de alentar
vamos a todo lados y no vamos a parar
hasta ser campeón mundial
Mi querida Nelva aunque no comparto tu tristeza directamente por Argentina mi sabor agridulce es porque no queda ya ningun equipo de nuestro continente que nos represente.
ResponderEliminarSin embargo aguardo la esperenza de que en el 2014 PANAMA este alli y sentir ese orgullo que sienten los argentinos y los mexicanos por su selección.
Aunque yo siento el mismo por mi camiseta Roja como añoro gritar un gol de Panamá en el mundial.
Un abrazo en la distancia ;) yelitza
Nelva estoy de vacaciones.
ResponderEliminarIgualmente lei tu articulo, me senti muy triste con los resultados de ese partido.
Te felicito por tus principios.
MT
Hola Yelitza.
ResponderEliminarGracias por tú comentario.
Ciertamente, aunada a la tristeza de Argentina, también siento pesar porque hoy se nos fue el último representante de América Latina.
Sin embargo, creo que hace tiempo no había un mundial en el que en los cuartos de final hubieran tantos representantes latinos. No nos alcanzó para más, pero aún así, creo que ha sido una digna actuación.
Y sí, ojalá en Panamá hubiera una política de apoyo al deporte. Pues no creo que un futbolista que juega un partido representando a la marea roja y que luego tiene que trabajar 8 horas en labores, la mayoría pesadas, para subsistir pueda rendir mucho.
Cuando a los deportistas panameños se les contrate a tiempo completo y por tanto se invierta en el deporte, nuestra historia deportiva será diferente. Hay talento, pero no hay apoyo.
Seguramente, que esa emoción que sentimos por otros países y selecciones, la trasladaremos a nuestro querido terruño cuando Panamá tenga la oportunidad de ir al mundial por primera vez.
Ing. Marcela, gracias por su comentario.
¡Saludos a ambas!