Compañera abrumadora.
Que en ocasiones no escatimas
la dureza y la agonía
de tus fastidiosas compañías,
alejando los días de una escasa armonía.
Amante fiel e incansable.
Que me acaricias por las mañanas
tan pronto sale el alba
y por las tardes me abrazas,
cuando el atardecer se acaba.
Consejera envidiable.
Quien con tus silentes palabras
invades con dudas mi morada
y me dejas salir por las puertas,
de la seguridad y la confianza.
Soledad que te escabulles.
Entre multitudes bulliciosas
y en medio de una sala vacía,
pero también en la compañía
del amante y del amigo con quienes no hay sintonía.
Maestra ejemplar.
Que me enseñas y aleccionas
sobre sitios que desconocía
mostrándome virtudes propias,
que no sabía que poseía.
Soledad selectiva.
Cual joya única y valiosa
no te das a todas las personas
ya que tú franqueza a algunos les pesa,
y prefieren esconderse entre zonas escabrosas.
Soledad indispensable.
Tan necesario es sentir que colmas
como el que haces falta
porque sin ti actuamos como autómatas
y contigo al ruido se le extraña.
¡HOLA!
ResponderEliminarMUY BUENA, NOS PERMITE ESCUCHAR EL SILENCIO.
SALUDOS,
LA TIA + Q......