Es raro, hasta
ayer, hice conciencia plena de que hoy, lunes 31 de diciembre se completan las
últimas 24 horas del año 2012. Tal vez porque tengo muchas cosas resonando en
mi mente y en mi corazón. Pero, lo cierto es que al asumir y al aceptar que se
acaba un ciclo de experiencias acumuladas durante 365 días, me pregunto ¿qué me
deja el 2012? y ¿qué deseo para el 2013 Y, ciertamente, creo que es mucho lo
que me llevo del 2012 y en virtud de lo que me dejó este año, no puedo desear
solamente una cosa:
Que en el 2013 cada pulsación humana que se encuentra cohabitando
y coexistiendo en este mismo tiempo y espacio actúe, sienta y piense con absoluta
responsabilidad.
¿Responsabilidad?
Sí, responsabilidad. Nunca antes había pedido y ni siquiera había pensado en
tal virtud como deseo, pero, ciertamente, la experiencia del 2012 eso es lo que
me provoca pedir, porque hoy día comprendo que la responsabilidad deviene de la
consciencia y actuar en tal sentido es lo que permitirá que nuestra humanidad
progrese, evolucione y pueda vivir en paz.
Empero ¿Responsabilidad
de quiénes? Responsabilidad de todos y de todas en el lugar en el que estemos. Y,
para poder explicarme mejor, partiré de las células más grandes hasta las más
chicas, entendiendo que las más chicas son las que permitirán que las grandes
actúen responsablemente.
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Responsabilidad de los Estados, y,
por tanto, de todas las personas que trabajan en los gobiernos, desde los
barrenderos hasta los presidentes de la república.
Bajo mi óptica, un actuar
responsable en estas esferas implica tener claridad
de que al ejercer la función pública, se están administrando recursos, bienes y servicios que la colectividad sufraga por adelantado y que en virtud de esto, el deber de cada servidor público es actuar de forma diligente, con buen ánimo, y cumpliendo los propósitos para los cuales fueron nombrados en sus respectivos puestos. Estoy convencida de que si los funcionarios actuaran responsablemente: pensarían en la gente que los sostiene, habría una mejor distribución de las riquezas, no cabría la posibilidad de pensar siquiera en la corrupción, la delincuencia disminuiría y las poblaciones que viven aglutinadas en diferentes Estados, podrían gozar y disfrutar de la paz social.
de que al ejercer la función pública, se están administrando recursos, bienes y servicios que la colectividad sufraga por adelantado y que en virtud de esto, el deber de cada servidor público es actuar de forma diligente, con buen ánimo, y cumpliendo los propósitos para los cuales fueron nombrados en sus respectivos puestos. Estoy convencida de que si los funcionarios actuaran responsablemente: pensarían en la gente que los sostiene, habría una mejor distribución de las riquezas, no cabría la posibilidad de pensar siquiera en la corrupción, la delincuencia disminuiría y las poblaciones que viven aglutinadas en diferentes Estados, podrían gozar y disfrutar de la paz social.
Imaginemos un Estado que actúa
responsablemente y que por ende sus funcionarios cumplen con las leyes ya
establecidas, porque son conscientes que sus acciones afectan a otros…Seguramente
tendríamos las calles que se requieren, con los materiales necesarios; habría
un transporte público eficiente y digno; el ambiente sería protegido y jamás se
venderían los recursos naturales para que a cambio de ellos existan planchas de
cemento exclusivas para la gente pudiente; la educación sería de calidad; las
personas recibirían una buena atención médica; habrían programas de vivienda
para los más pobres; se fomentaría el empleo; habrían programas para los jubilados
y se aprovecharía la experiencia de los adultos mayores, de modo que tanto
jóvenes como adultos mayores tengan las oportunidades de desarrollarse
profesionalmente; la basura sería recogida oportunamente y sería tratada para
poder reutilizar lo que es posible; habría justicia; no se venderían bienes ni
servicios que afecten al ser humano; entre otros.
¿Cómo te sentirías viviendo
con un Estado como este?
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Responsabilidad de las empresas privadas.
Las empresas privadas, sobre todo en la era neoliberal en la cual transitamos,
han procurado acumular ganancias a costa de la humanidad misma y con el aval de
los Estados irresponsables. Es por ello que un actuar responsable de las
organizaciones privadas implicaría, cambiar el doble discurso y pasar de la
filantropía a la acción solidaria, mediante el compartir con la sociedad un
poco de lo que las empresas han recibido producto de dicha sociedad, para el
engrandecimiento de sus negocios, a través de acciones y programas concretos
que ayuden al desarrollo de la humanidad; retribuir el trabajo de sus
colaboradores de forma cónsona con su preparación académica, con su experiencia
y con el costo de la vida; respetar las leyes laborales que se han expedido y
que tienen como finalidad garantizar la supresión de prácticas esclavistas de
siglos pasados; producir bienes y servicios que no contaminen el ambiente, que
nos pertenece a todos; etc.
Imaginemos entrar a un
supermercado, que se dice actuar socialmente responsable y que en virtud de tal
discurso, no se encuentra un solo plástico en sus anaqueles de expendios de
productos, por ejemplo. O, imaginemos medios de comunicación social, que además
de afirmar que son socialmente responsables, no transmiten – en ninguno de sus
canales – programaciones en las que se evidencian situaciones de violencia, de
maltrato a las mujeres, de utilización de menores de edad para actividades
sexuales, de música soez, de publicidad sobre cualquiera de las drogas
actualmente legales, etc. E, imaginemos, que los trabajadores de las empresas
privadas carecen de frustraciones, porque el común denominador de las empresas lo constituye: lugares de trabajo en los que
se paga lo que los trabajadores merecen y lo que vale su fuerza de trabajo y que, además, las
prestaciones de trabajo son debidamente respetadas.
¿Cómo te sentirías viviendo
con empresas como estas?
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Responsabilidad de las organizaciones sin
fines de lucro. Con el sistema neoliberal, la función social del Estado
ha pasado a manos de las organizaciones sin fines de lucro, pero muchas de
estas, si bien se muestran con buenos propósitos e intenciones, en ocasiones se
abren con la finalidad de conseguir fondos de otras organizaciones, para – en
teoría –propósitos altruistas, pero en muchas ocasiones, en la práctica, se
utilizan para sostener a personas determinadas, mediante salarios altísimos que
van creando pequeñas burocracias privadas y que en lo absoluto ejecutan
programas que otras organizaciones pudieran ejecutar eficientemente y para los
fines sociales por los cuales se han diseñado.
En este sentido, las organizaciones
sin fines de lucro, actuarían responsablemente, si quienes las manejan, dejan
de pensar sólo en enriquecerse y sostenerse y por el contrario, invierten los
fondos que otros organismos les facilitan para los programas sociales para los
cuales han sido otorgados.
¿Cómo nos sentiríamos con
más programas sociales eficientemente administrados?
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Responsabilidad de las familias. Por años hemos repetido que las familias son
el núcleo más importante de la sociedad. Pero ¿por qué tal afirmación?
Seguramente, por el rol que ésta debe cumplir en la sociedad. Pues, en términos
generales, las familias son el primer contacto de las nuevas vidas que llegan a
la tierra y por tanto, cumplen una función formadora importantísima, para que
el nuevo integrante del mundo pueda adquirir
los conocimientos y los valores necesarios para desarrollarse. Por ello, la
responsabilidad que deseo en esta esfera es que – cualquiera que sea el tipo de
familia – los padres y las madres puedan planificar el hecho de forjar una
familia y que cada planificación sea producto del amor, ya que en esa medida
tendremos a nuevas personitas en ambientes de paz y sosiego y no en ambientes
de violencia, de indiferencia, de hastío, de soledad y de carencia de amor.
Imaginemos que a lo interno de
las familias, el lenguaje para comunicarse entre sus miembros sea el respeto;
que el contacto que exista entre sus integrante sea el cariño, que el ambiente
que se respire sea de paz, que el sitio más anhelado para convivir sea la
familia y que los mensajes que circulan entre sus integrantes sean de amor.
¿Cómo te sentirías con familias como estas?
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Responsabilidad de las relaciones
interpersonales (la amistad, el noviazgo y la vida en pareja)
Un actuar responsable en estos
planos implica el comprender que la existencia de estos tipos de relaciones depende,
siempre y necesariamente, de al menos dos involucrados. No en vano, cuando se
habla de este tipo de relaciones se hace referencia a las plantas y se dice que
hay que regar la plantita (la amistad y el amor) para que se mantenga y
florezca. Pues, para que la amistad, el noviazgo y la vida en pareja pervivan
es necesario que los involucrados asuman la responsabilidad de dedicarse
tiempo, respeto, fidelidad, lealtad, comprensión, confianza y amor.
Imaginemos relaciones de este
tipo y con estas características. Pienso que seguramente, si se riega la planta
con las virtudes antes descritas, las relaciones de amistad, noviazgo y vida en
pareja no tendrían motivos para terminar.
¿Cómo te sentirías con
relaciones de este tipo?
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Responsabilidad personal.
La humanidad tiene la costumbre
de culpar a otros de las penas y de los problemas que le aqueja. En ese
sentido, culpamos al Estado, a las empresas privadas, a la Iglesia, a los padres, a la pareja, al amigo y a Dios de todo lo que ocurre,
incluso con palabras soeces y con maldiciones hacia otros. El hecho de
achacarles a otros la culpa de lo que pasa se realiza como un acto de lavarnos
las manos y de evadir nuestra responsabilidad individual, en una digna imitación
a Poncio Pilatos. Pero ¿Realmente son los otros los que tienen la
responsabilidad absoluta de lo que ocurre en un momento determinado?
Sin duda alguna, mi respuesta es
no.
La responsabilidad de todo lo que
tenemos hoy día parte de nosotros mismos como individuos que forman parte de
una gran unidad. Y esto se refleja desde los aspectos más comunes y simples
hasta los más complejos. Así por ejemplo, un actuar responsable tendría que
tomar en consideración, en primer lugar, nuestra vida misma y todo lo que
implica: alma, cuerpo y espíritu. En este sentido, un actuar responsable
demandaría de nosotros trabajar, cuidar y respetar todos nuestros campos
vitales con el mismo ahínco, para así poder tener una vida que irradie
bienestar.
Implicaría también, respetar al
otro, cualquiera que este sea (amigo, conocido, novio, esposo, familia,
empresa, Estado, etc.), y cualquiera sea su situación, condición, forma de
vivir y de pensar, etc. Implicaría
darnos cuenta que nuestro silencio e indiferencia muchas veces propician malestar en otros e incluso ocasionan
que se cometan injusticias de diversos tipos.
Conllevaría comprender que los malos deseos y palabras, expresados a otros seres vivos, son una fuente de
energía que causará mal a los campos de vida de otros.
Implicaría dejar de cruzarme de
brazos y esperar que las cosas pasen y actuar.
Conllevaría entender que toda
acción u omisión que provenga de mí, como campo energético, afecta directamente
a otros campos energéticos, a otras vidas.
Imaginémonos
- Una vida sin fumar o ingerir sodas cola y licor, sin comer tantas grasas, tantos dulces y tantas cantidades de comida, porque sabemos que todo esto nos daña y por amor propio, debemos evitarlo.
- En la que se le dedique tiempo a lo que alimenta nuestra alma y espíritu (artes, meditación, etc.)
- Sin maldecir o hablar negativamente de otras personas, y por tanto aceptarlas y comprender que la forma en la que se comportan es producto de su historia personal.
- Sin abusar de nuestro cuerpo y exponerlo a largas jornadas de trabajo o esfuerzo físico.
- Siendo consecuentes con lo que decimos y pensamos y que en virtud de ello no compremos productos que contaminen nuestra casa común, que dañen a otros o que sean producto del trabajo infantil o de empresas irresponsables.
- Sin actuar sexualmente irresponsable.
- Que en el lugar que nos encontremos – sea cual fuere – actuemos responsablemente, cumpliendo nuestro rol con ganas y con amor.
- Sin envidias.
- Procurando llenar nuestros vacíos interiores con nuestra auto reflexión personal y no con cosas materiales ni llenándonos de actividades que nos impiden vernos a nosotros mismos.
- Sin esperar que otros hagan lo que nos corresponde hacer.
- Sin culpar a otros de lo que nos ocurre a nivel individual y colectivo.
¿Cómo te sentirías viviendo
una vida así?
Tengo mi
respuesta. ¿Cuál es la suya amable
lector, lectora? ¿Cree que es difícil? Yo creo que hemos perdido lo más simple
y sencillo, por distraernos en lo material. Pero, si volvemos al origen, del
que hablaron los griegos y los aborígenes de todo el mundo, entre ellos los
mayas, tan de moda por estos tiempos, seguramente podríamos comprender su frase
que indicaba In lak’eck = yo soy otro
tú. Es decir, podríamos ver en el otro, cualquiera que sea, aún cuando piense
completamente diferente a mí, un reflejo
de nosotros, por ser todos parte de una gran unidad, y en ese sentido,
pensaríamos, actuaríamos e incluso omitiríamos, con y por amor, es decir,
actuaríamos responsablemente.
Ese es mi deseo
para el 2013, que todos y que todas actuemos con responsabilidad para tener una
vida tanto en lo individual como en lo colectivo llena de amor, de bienestar y de paz.
Feliz año 2013
amables lectores y lectoras de este blog.
Nelvita querida!!
ResponderEliminarMe encanta lo que me ha hecho el favor de mandar!
Ando atrasada de contestarle, en la montaña la señal no era muy buena.
Me da mucho gusto que haya visto la película, yo se las he proyectado a grupos previos, en los últimos me ha faltado espacio para ello, pero es excelente!!
Me encanta que la haya visto!!
Espero que esté ayudando en la cocina! Cuide que todo le quede rico para que disfruten mucho
su cena, sobretodo la compañía.
Por favor me presta sus brazos para darle un abrazo con todo cariño a su abuela y a su mamá. Otro muy fuerte va para ud.!!
Que Nuestro Señor las colme de salud y bienestar para 2013.
Un beso, Magdalena.
Querida Dra. Magdalena.
ResponderEliminarGracias a usted por leerme.
Espero que los aires de la montaña le hayan regalado las energías necesarias para continuar con fuerza en el próximo año.
Bendiciones para usted y sus familiares en este 2013.
Un cálido abrazo con aires panameños de 32 grados centígrados :P
Nos vemos pronto.
Nelva, el estado de responsabilidad (que creo que inicia en la persona-individuo necesariamente)es algo que tendemos en ocasiones a evitar,sin embargo, no por ello es una condición que podemos eludir. Creo que tarde o temprano, por esa Ley Cósmica llamada Karma, hemos de vivir las consecuencias de nuestros actos. Gracias por recordarme que es necesario armonizarme con dicha Ley. Te mando un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQuerida Ángeles.
ResponderEliminarGracias a ti por leerme y por comentar.
De nuestras tertulias y vaivenes académicos, se desprende mucho de lo que hoy puedo plasmar. Y como bien dices, todo parte de nosotros mismos.
Un abrazo cósmico para ti también.
Saludos :)
Hola Amiga:
ResponderEliminarBuen dìa… Feliz Año 2013
No tienes idea lo orgulloso que me siento de ser considerado por Tì como un Amigo… la verdad que nunca habìa leìdo algo tan inspirador aùn siendo conciente que definitivamente es la Responsabilidad la que llevarà a cada ser humano, gobierno y mundo a una vida plena… Dios ha de querer y ojalà nos de la oportunidad de llegar a ver ese mundo donde todos y cada uno de nosotros vivamos de manera plena… Gracias por tan lindo escrito…
TE Quiere YO…
Excelente artículo, Nelvita
ResponderEliminarTe deseo un 2013 lleno de salud, logros y bendiciones!
Saludos, Pablo
Gracias Pabli y Héctor por sus comentarios...Feliz año para ambos. Saludos.
ResponderEliminarEstimada Nelva:
ResponderEliminarHe dado un vistazo a tu página; en hora buena por lo que haceís. La red necesita más personitas como vos. Ojalá y nos veamos alguna vez en la FES para charlar un poquitín más; mientras tanto recibe un abrazo desde este frrrrrío México.
Bendiciones