Tic, tic, tic, requeté tic, sensación placentera e
inspiradora que mueve, arranca y desgarra, desde adentro, muy adentro los más
suaves y cálidos pensamientos y emociones, por el simple
roce de las yemas de mis largos y
estirados dedos, con el nada sutil ni
delicado teclado.
Tic, tic, tic, requeté tic, cada vez más lejano y más
distante. Es imposible no sentir nostalgia por la ausencia de la magia que
genera la materialización, con las manos, a través de una hoja, de aquello tan real pero tan intangible, que nos permite soñar, pensar y
sentir.
Tic, tic, tic,
requeté tic, han sido el rápido camino de las manecillas del reloj o quizás la
falta de aguante o tal vez el exiguo espacio para los largos diálogos con mi buena y entrañable amiga Soledad, los
causante del desastre que añoran tu presencia.
Tic, tic, tic, requeté tic, es el sonido audaz, raudo y
veloz, de escribir. Tan veloz como las ideas pululantes que a diario pasean por
mi cabeza; y tan raudo como brotan mis lágrimas ante una sensación que me hiere
y que me duele.
Tic, tic, tic, requeté tic, es el eco que para mí tiene la
acción que me acompaña desde muy chica y la cual ha sido mi compañera más fiel,
aquella que me permite crecer al reflexionar y la cual por razones diversas he descuidado
y hoy me hace sentir nostalgia,
nostalgia de escribir.
Tenemos nostalgia también de leerte. Saludos.
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ResponderEliminarGracias José, procuraré escribir más seguido. Saludos.
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