Comparto
el contenido de una intervención que realicé en días pasados en un foro sobre
el Proyecto de Ley 61 y sobre las Guías de educación sexual para docentes, para la reflexión.
Como
ciudadanos y ciudadanas responsables de un país, antes de proferir una opinión,
debemos informarnos y sacar nuestras propias conclusiones, cualquiera que estas
sean, pero ajustadas a un criterio informado.
Hay
muchas cosas que quienes están en contra del Proyecto de Ley 61 y de las Guías,
para docentes han señalado, que a mí me han generado, por un lado, una gran indignación, porque están alejadas - absolutamente – del
contenido de dichos documentos, mintiendo,
generando miedos con supuestas conspiraciones supranacionales en contra
de los menores de este país, y cayendo en el más bajo nivel de creación de
absurdos retorcidos que insultan la inteligencia y los valores éticos de los
profesionales, madres, padres de familia y sobre todo de la niñez y de la
adolescencia de este país.
Por
otro lado, tales argumentos de los detractores del Proyecto de Ley 61 y de las
Guías, me han confirmado la gran necesidad de los mismos, puesto que una
sociedad que al escuchar la frase “educación integral de la sexualidad”, reduce
la misma al mero acto sexual y/o genital, me indica que
es una sociedad que
ignora el tema y que desconoce por tanto, que los seres humanos somos seres
sexuales por naturaleza y que dicha sexualidad comprende la forma en la que
interactuamos con los demás, nuestras emociones, nuestro ser espiritual y la
parte erótica y dicha sexualidad se desarrolla a lo largo de la vida, de la
manera más natural, desde que nacemos, sin ser conscientes de ello.
Por
lo anterior, he plasmado en este documento que quiero compartirles, mediante la
lectura en esta intervención, algunas
respuestas, a las aseveraciones más sonadas en los medios de comunicación
social y en foros en los que he participado, respecto de temas que quienes
están en Contra del Proyecto y de las guías afirman, generando preocupación en
la sociedad.
Estas
respuestas están apegadas tanto al Derecho como los contenidos de los
documentos en cuestión.
En
primer lugar, aclarar que el Proyecto de Ley 61 y las Guías son dos documentos
distintos, uno es una propuesta legislativa, presentada en agosto del 2014 por
el Diputado Crispiano Adames, que tiene como objetivo establecer las bases
normativas generales para el reconocimiento, la garantía, la protección y
atención de la salud sexual y la salud reproductiva con énfasis en la formación integral de la
persona, respetando su dignidad, sus derechos, su edad, su conciencia, su
cultura y los valores que la caracterizan, en concordancia con la Constitución Política, las leyes de la
República de Panamá y los Convenios Internacionales.
Como
vemos, el Proyecto de Ley posee un objetivo general que indica pautas para
garantizar, proteger y atender la salud sexual y reproductiva de toda la
población panameña, estableciendo este marco genérico para que posteriormente
el Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación, puedan reglamentar dicha
protección y atención.
Recordemos
que el Órgano Legislativo, aprueba Leyes, para que luego otras instituciones
del Estado puedan aplicarlas.
En
lo que respecta a las Guías, las mismas tienen como propósito general dotar al
personal docente de Educación primaria, premedia y media y al personal técnico de
los Gabinetes Psicopedagógicos, de herramientas conceptuales y metodológicas
para su labor en el ámbito de la Educación Integral de la Sexualidad, con la
finalidad de:
1.
Fortalecer los contenidos de Educación Integral de la Sexualidad incorporados
en los programas de estudios de las asignaturas, contribuyendo a promover el
desarrollo responsable y saludable de la sexualidad en la niñez y la
adolescencia.
2.
Implementar acciones de prevención primaria en Educación Integral de la
Sexualidad, atendiendo a las características de cada etapa de los estudiantes,
a las necesidades educativas especiales y a las problemáticas del contexto
socioeconómico, cultural, familiar y educativo en que vive el estudiatado, con
énfasis en la prevención del embarazo, las ITS, el VIH/sida y la violencia de
género, incluyendo la violencia sexual y la violencia en el noviazgo.
3.
Manejar situaciones y problemáticas relacionadas con la vulneración de derechos
en la niñez y la adolescencia, en particular aquellos vinculados con la
sexualidad, la igualdad de género y la salud sexual y reproductiva acordes a
esta etapa del desarrollo, prestándoles la orientación y el apoyo requeridos.
¿Qué
alguien me explique dónde, en estos propósitos que están copiados textualmente
de las guías, está el espíritu macabro, tendencioso y obsceno, que se ha venido
ventilando en los medios de comunicación social?
¿Por qué incluir a la educación
sexual a través de una Ley y de unas
guías?
Dar
estos pasos, además de ser una prioridad de Estado, en consonancia con nuestra
realidad nacional va acorde a los compromisos adquiridos por Panamá, tanto a
nivel nacional como a nivel internacional.
¿A
qué me refiero?
Según
estudios del Instituto Conmemorativo Gorgas, uno de los institutos de mayor
prestigio y seriedad del país, el 6.7 % de la población tiene su primera
relación con menos de 12 años de edad, el 24.7% en las edades de 13 a 14 años;
el 47.1%, entre las edades de 15 a 16 años y el 21.6% en las edades entre 17 y
18 años. Es
decir, el 78.5% inicia su actividad sexual con menos de 16 años de edad.
Esto
es un problema de salud pública, puesto que “la iniciación sexual precoz
generalmente tiene lugar de forma no planeada, desprotegida y en muchos casos
en condiciones de violencia sexual, lo que conlleva a embarazos no deseados y
abortos, a la exposición a ITS y VIH/sida y a la probabilidad de morir como
consecuencia del embarazo o el parto”.
Al
ser un problema de salud pública, el Estado debe legislar sobre la materia de
manera integral. A través de programas realizados por el Ministerio de Salud y,
por medio del mejor aliado posible, el Ministerio de Educación, para que la
educación seria y científica, sea la mejor herramienta para prevenir esta
realidad y retardar, mediante el conocimiento de un ejercicio responsable de la
sexualidad y las consecuencias de esta, las prácticas sexuales tempranas. Y
bien, en los casos que no se puedan retardar, que al menos contengan
información respecto de cómo cuidarse y cuidar a los demás.
Las
guías se han erigido gracias a la facultad constitucional que el Ministerio de
Educación tiene como ente rector de garantizar el derecho a la educación, con
el propósito de alcanzar “el desarrollo armónico e integral del educando dentro
de la convivencia social, en los aspectos físico, intelectual, moral, estético
y cívico”.
Y
la misma Ley Orgánica de educación instituye los fines de la educación en el
país, destacando en primer lugar su contribución “al desarrollo integral del
individuo con énfasis en la capacidad crítica, reflexiva y creadora, para tomar
decisiones con una clara concepción filosófica y científica del mundo y de la
sociedad, con elevado sentido de solidaridad humana”.
Por
otro lado, la Ley 3 de 5 de enero de
2000, que establece la Ley General sobre las Infecciones de Transmisión Sexual,
el Virus de la Inmunodeficiencia Humana y el SIDA, en su artículo 29 establece que el MEDUCA, con apoyo del MINSA,
deben incluir contenidos relativos a la salud sexual reproductiva, a la
prevención y control de las ITS, VIH y al SIDA, en todos los niveles
educativos.
Tenemos
16 años que Panamá está en espera del cumplimiento de esta normativa, por tanto
las guías que ahora están en etapa de borrador, no deben ser objeto de
discusión, sino de aplicación pronta, porque es una deuda pendiente que se
tiene con la niñez y la adolescencia del país.
Es
importante compartirles que estas normas que se han promulgado a nivel nacional
son resultado de compromisos que el país también tiene a nivel internacional.
Se
ha criticado hasta el cansancio que la Organización de las Naciones Unidas
intervenga en el país en la promoción del Proyecto de Ley 61 y en la
elaboración de las guías, desconociendo que como país no somos islas y que la
ONU aglutina a los países del mundo, para generar políticas y normas en los
Estados, que ayuden al respeto de los derechos humanos de las poblaciones.
Por
ello, Panamá ha venido ratificando convenios y tratados, bajo el seno de las
naciones unidas, desde el año 1948, con la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, y el derecho a la salud y a la educación, son Derechos
Humanos.
Asimismo,
Panamá suscribió la Declaración de los Derechos del Niño, de 1989, y todos los
protocolos facultativos o adiciones que en la materia se le han hecho a esta Convención,
que, además de contemplar el derecho a la salud y a la educación de los menores
establece de partida que en todas las medidas concernientes a los menores, se
debe atender el interés superior de estos. Dar respuesta a una problemática,
mediante un Proyecto de Ley y las guías, es una manera seria y responsable que
como país se debe asumir para velar por el interés de nuestros menores.
Seguir
en el debate es continuar dejando que las cifras de chicos y chicas enfermos
con infecciones de transmisión sexual y de embarazos precoces sigan en aumento
y que las fuentes de información de estos sean la canción de reggae que escucha
desde que nace, las vulgares novelas y programas de la televisión panameña, o
la información que obtienen de Internet sin ningún tipo de orientación y de la
más baja calidad. Esto es ir contrario a ese principio de velar por el interés
superior de los menores.
Por
otro lado, en septiembre del año pasado, todos y todas fuimos testigas de la
participación del presidente de la República en la firma de los objetivos de Desarrollo
Sostenible, que es la actualización de las prioridades que los países del mundo
han considerado en pro de lograr la sostenibilidad de la población y de la
tierra. En este sentido, hay 4 objetivos prioritarios dentro del listado de
tareas que se deben lograr al año 2030, vinculados con el Proyecto de Ley 61 y
con las Guías de Educación Sexual:
Objetivo
1: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo. Tener madres
menores de edad, sin educación completa y sin capacidad de trabajo va contrario
a este objetivo
Objetivo
3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las
edades, haciendo énfasis en la necesidad de bajar los embarazos precoces,
aumentar la planificación familia y prevenir el VIH/SIDA y otras enfermedades.
Objetivo
4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover
oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
Objetivo
5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las
niñas.
Esto
es lo que mal llaman ideología de género, que está recogida desde el año 48,
con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer, la Ley 4 de 1999, de Igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres, y la Ley 82 de 2013.
Cuál
es el objetivo final de la perspectiva de género, lograr la igualdad civil,
política y económica de las mujeres y los hombres. Gracias a los resultados que poco a poco se
han dado, en virtud de ir introduciendo a través de la lucha constante de
mujeres y de hombres, por la igualdad de los géneros, hemos tenido resultados
que hoy tanto mujeres como hombres disfrutamos.
Yo
hoy no podría ser profesional ni menos estar parada ante ustedes, si no
hubieran decisiones que en su momento incluyeron la perspectiva de género. Las
mujeres no podrían estar trabajando o dirigiendo una organización si no hubiera
también perspectiva de género. Sus hijas no podrían gozar del derecho a la
educación si no hubiera perspectiva de género. Los varones no pudieran tener la
colaboración económica de sus parejas, sino hubiera perspectiva de género. No
podríamos denunciar el maltrato a la mujer, que tanto ha costado que se
reconozca como temas vinculados a la no existencia de perspectiva de género en
las instituciones, si esta no existiera.
Entonces
¿qué quieren los grupos conservadores de este país? ¿Qué volvamos a la cocina y
a la casa sin tener ningún tipo de participación social? ¿Qué piensan ustedes?
Finalmente,
otro tema que ha sido redundante como forma de intimidar y de incidir con la
mentira y el engaño para ganar adeptos en contra del Proyecto de Ley 61, es el
tema de la supuesta disminución de la patria potestad.
Al
respecto les diré. Ninguna Ley del país puede ir en contra de la Constitución y
el artículo 59 de la Constitución señala la Patria Potestad. Dicho artículo es
transcrito de forma textual en el Proyecto de Ley 61, al indicar lo siguiente:
La
Patria Potestad: es el conjunto de deberes y derechos que tienen los padres en
relación con los hijos.
Los
padres están obligados a alimentar, educar y proteger a sus hijos para que
obtengan una buena crianza y un adecuado desarrollo físico y espiritual, y
éstos respetarlos y asistirlos.
Quiere
decir entonces, que el Proyecto de Ley 61 no le bastó con conocer el principio
constitucional sino que lo incorpora de manera expresa, para que no quede la
menor duda de que se reconoce el derecho de los padres y madres sobre los hijos
e hijas.
Llevar
el Proyecto de Ley al primer debate, implicará retrasar las políticas que en
materia de salud sexual y reproductiva se puedan desarrollar en beneficio de
toda la población, no solo de la niñez y de la adolescencia. Implica a su vez
el desconocimiento de las normas que he citado en esta intervención y de muchas
otras no mencionadas.
Implica,
decirle al país y al mundo, no nos interesa cumplir con los objetivos de
desarrollo sostenible y menos con la población.
Esta
es una tarea urgente ¡No se puede esperar más! Si la Asamblea no aprueba el
Proyecto de Ley, el MEDUCA debe actuar. Es su responsabilidad en consonancia
con el Interés superior de los menores. Por ende, el MEDUCA debe implementar
las guías, porque de lo contrario, seguirá siendo cómplice de cada niño, niña o
adolescente víctima de la ausencia de educación sexual, integral y científica
en el país. De hecho, en este momento, mientras estamos aquí, seguramente una
menor está dando a luz y muchos jóvenes están siendo contagiados de ITS, VIH y SIDA.
¡Educación sexual Sí!
felicidades. De acuerdo totalmente
ResponderEliminarGracias Manuel. Saldos.
EliminarNelva estoy copiando este artículo a todas las personas que lo pueden divulgar porque es muy informativo y educativo.
ResponderEliminarHasta ahora de todo lo que he leído es el más completo.
Te vuelvo a felicitar por este aporte.
Gracias Ing. Marcela.
EliminarLo importante es que el esfuerzo en el análisis pueda ser aprovechado por la mayor cantidad de lectores. Así que se agradece la difusión que le de.
Saludos cordiales,